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La vida es juego

Jugar a ser un dictador bananero

"Trópico", el simulador de un presidente todopoderoso, regresa con más funciones y guiños a los modos de Trump

Una imagen promocional del simulador de dictador.

"Trópico", el veterano simulador de dictador de república bananera, regresará a principios de año. Sus responsables, la empresa alemana Kalypso Media, han lanzado esta semana una demostración jugable de los primeros niveles en la plataforma para ordenadores Steam, solo disponible para determinados expertos. En ella, el nuevo motor de la franquicia, merced de unos espectaculares efectos de iluminación, muestra la nación tropicana con músculo gráfico desconocido para la saga.

El primer "Trópico" vio la luz en el año 2001, proponiendo al jugador convertirse el caudillo de una isla perdida del Caribe, en el contexto de la Guerra Fría. El título bebía de la Cuba de Fidel Castro y ofrecía una visión irónica y canalla de aquel periodo histórico. A partir de ahí, la saga ha ido evolucionando. Con excepción de la segunda parte, ambientada en el periodo de los piratas, el resto de los juegos ampliaban el marco narrativo y en lugar de enseñar el conflicto entre el capitalismo y el comunismo, ampliaba el foco a la época colonial, las Guerras Mundiales y la modernidad.

La sexta entrega se asienta sobre las mismas bases que las anteriores entregas de este simulador dictatorial. El jugador volverá a ser un dictador, conocido como "El Presidente", capaz de tiranizar, encarcelar e incluso asesinar, a cualquier atisbo de oposición. Todo por gestionar con buen tino los abundantes recursos del país, al tiempo que la cuenta corriente presidencial, domiciliada en Suiza aumenta su número de ceros.

Si bien, las dimensiones de la nueva edición de "Trópico" serán mayores. En lugar de estar al mando de una diminuta isla, ahora estará a disposición del caudillo (y del jugador que está a los mandos) todo un archipiélago. También, el jugador tendrá la posibilidad de robar los monumentos de otras naciones, una funcionalidad destinada a aumentar el turismo en la nación. Por último, en un claro guiño al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el dictador de Trópico también podrá echar mano de móvil y gobernar el país a golpe de tuit.

Precisamente, el particular sentido del humor ácido de la saga "Trópico" es uno de los grandes alicientes de la franquicia. Si bien, este punto fuerte también ha traído problemas a sus responsables. En 2014, la quinta parte fue prohibida en Tailandia, ya que según el Ministro de Defensa del país asiático en aquel momento, "el juego reflejaba partes que afectaban a Tailandia" y que podría afectar al "bienestar del país". Restan meses para ver de regreso a una de las franquicias más irreverentes del sector y volver a hacer a Trópico grande de nuevo.

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