"Es como una fotografía de la vida en el monasterio". Así resume Alejandro García-Álvarez Busto, profesor asociado de Arqueología de la Universidad de Oviedo, los resultados de una investigación arqueológica pionera en España que ha dirigido en el monasterio de Cornellana. La actuación ha consistido en la recogida de muestras de los residuos conservados en el suelo de la antigua cocina del monasterio con el objeto de analizarlos en un laboratorio, en busca de carbohidratos, ácidos grasos, PH, fosfatos, proteínas y carbonatos.

Los análisis químicos fueron realizados por otros dos expertos de la Universidad de Oviedo: Amanda Laca, del Grupo de Investigación en Tecnología de Bioprocesos y Reactores, y por Alfonso Fernández, de la Unidad de Espectrometría de los Servicios Científico-Técnicos. Los resultados de estos análisis han permitido a Alejandro García-Álvarez Busto identificar no sólo la cocina, con sus fogones y la cilla (el granero), sino también otras dependencias como el refectorio (el comedor), y una segunda despensa especializada, sin ventanas al exterior, en la que se conservaban tinajas de aceite y otros productos. Además, dentro de la propia cocina se pudo concretar la distribución espacial de las diferentes actividades que realizaban los monjes en la preparación de las comidas.

"En otros monasterios, las fuentes escritas nos informan de su distribución espacial, pero en el caso de Cornellana no tenemos esos testimonios", explica el arqueólogo, que con esta técnica ha podido suplir esa ausencia documental y avanzar en el conocimiento del monasterio. Las muestras incluso le han permitido esbozar la dieta de los monjes durante el siglo XVIII: "Era rica en verduras y hortalizas, también algo de carne. Pero lejos de lo que había en siglos anteriores, cuando tenían una cocina casi se diría que aristocrática y el primer salmón del Narcea se entregaba al abad de Cornellana".

Más relevante aún que los resultados, en todo caso, ha sido confirmar la validez de una técnica que apenas se había ensayado en Estados Unidos y algunos países europeos, pero nunca en España. Por su potencial, se está planteando incorporar este método interdisciplinar a la oferta tecnológica de la Universidad de Oviedo para que otras universidades, instituciones o empresas puedan aplicarlo en la investigación de otros yacimientos, independientemente de su cronología o ubicación.