Un cineasta español que triunfa en Hollywood pasó ayer por la fábrica de La Vega. Se llama Rodrigo Cortés. Orensano, 45 años, despuntó con "Buried (Enterrado)" y dirigió a Robert De Niro en "Luces rojas". Se confiesa fan irredento de Scorsese: "Es literalmente la persona por la que yo hago cine", reveló ayer, en pleno debate sobre el cineasta neoyorquino enmarcado en las actividades de la "Fábrica Scorsese", la gran instalación sobre el premio "Princesa de Asturias" de las Artes impulsada en la fábrica de La Vega de Oviedo por la Fundación, y que registró ayer su primera jornada de actividad completa, tras la première de la noche del jueves. Pero en ese encuentro, Cortés dejó algo más, una reflexión que casi parecía abarcar todo ese complejo efímero que aflora en la antigua fábrica de armas: "En lo cinematográfico, lo que sigo tratando de aprender de Scorsese es que el qué es el cómo".

Cortés hablaba de "El cabo del miedo", de cómo Scorsese logra mediante recursos plenamente cinematográficos plasmar el modo en que Max Cady (Robert De Niro) seduce a la adolescente encarnada por Juliette Lewis, combinando ternura y provocación, calidez y deseo, solidez y peligro. Su presencia constante en los cines, en las calles, en los pasillos del instituto acaba capturando la mirada de la joven. El qué es el cómo.

En la "Fábrica Scorsese" pasa algo similar. Qué se pretende: homenajear a Scorsese, reivindicar su cine, celebrar su legado. Cómo se hace: a través de actividades didácticas, reunidas en un programa original y coherente que recupera para la ciudad un entorno con gran potencial. Pero primando siempre el carácter lúdico.

Como si quisiera encapsular toda la historia del cine en las naves de La Vega, la "Fábrica Scorsese" abrió ayer con la proyección de dos películas de Charles Chaplin restauradas con el apoyo de The Film Foundation, la institución de recuperación y promoción del cine clásico impulsada por Scorsese. "Charlot sastre de señoras" y "Charlot en la tienda", las dos piezas del mimo eterno, se presentaron con música en directo, interpretada al piano por Ricardo Casas. Tal cual se hacía en los primeros tiempos del cinematógrafo, en los años en los que se estrenaron estos filmes.

La música fue una constante toda la jornada, y lo será en los próximos días en esta "Fábrica Scorsese". En la plaza de La Vega se desplegó, a la hora del vermú, una vigorosa "Big Band" que repasaba la banda sonora de los distintos filmes del cineasta neoyorquino. Frente a ella, un público animoso disfrutaba del soleado mediodía, en muchos casos cerveza en mano, aprovechando la multitud de tumbonas dispuestas en el lugar.

Desde la plaza de la fábrica se accedía también a una de las actividades más celebradas por los visitantes: "Hazte tu foto ambrotipo". Allí, los visitantes podían literalmente meterse en los fotogramas de "Gangs of New York" a través de una combinación de técnicas tradicionales y últimas tecnologías. Un prodigio de luz nacido del ingenio de Frodo Álvarez, David Fernández-Argüelles y Nacho Cosío.

Pero en la "Fábrica Scorsese" no hay nunca un sólo foco de actividad, y mientras la "Big Band" actuaba en la plaza, Carlos Suárez lo hacía en el almacén.

Director de fotografía en más de 140 películas, Carlos Suárez presidió la primera sesión de "La fórmula Scorsese", que persigue mostrar a los participantes los entresijos de un rodaje cinematográfico a partir de las películas del norteamericano. Suárez combinó en esta exposición inicial una parte más teórica, contextualizando la trayectoria de Scorsese y analizando sus influencias, con otra práctica en la que explicó planificación básica a los participantes con la colaboración de Gonzalo Mañana.

La sesión casi parecía un preámbulo de la mesa redonda que por la tarde protagonizaron Rodrigo Cortés, el crítico Jordi Costa, la periodista Pepa Blanes y el historiador Luis E. Parés. Titulada "Generación Scorsese", en esta mesa redonda los cuatro expertos debatieron sobre las constantes temáticas y de estilo de la obra de Scorsese, y remarcaron su influencia sobre varias generaciones de cineastas. "Posiblemente, Scorsese haya sido el director que más vocaciones ha despertado después de Orson Welles", afirmó Cortés. En su caso, esa influencia es nítida, pero también en el de otros cineastas como el mismísimo Quentin Tarantino, que tal y como explicaron los cuatro expertos heredó de Scorsese esa especial integración de la música popular en la narrativa cinematográfica que ha terminado por ser uno de sus rasgos identitarios.

También eso, la integración de cine y música popular, distingue a la "Fábrica Scorsese". Tras el debate llegaría la proyección de "Malas calles", y por la noche el dúo "Elle Belga" tomó los mandos y el micro para cerrar la jornada con un concierto en el que estaban flanqueados por el Joven Coro de la Fundación Princesa de Asturias. Una actuación en la que el colectivo "FIUM", los autores de la instalación "El Ring", también integrada en la "Fábrica Scorsese", ponían un atractivo soporte visual.

La Vega cerró tras el concierto, pero los homenajes a Scorsese siguieron extramuros. En las salas La Salvaje y Gong Galaxy Club se ofrecieron sendos conciertos basados en las bandas sonoras de la filmografía del cineasta. De nuevo cine y música unidos en la celebración de un autor irrepetible. La primera jornada completa de la "Fábrica Scorsese" fue un triunfo. Quedan seis días más para disfrutar de una instalación única.