Por la venas de Martin Scorsese corre el rock and roll. Al menos, eso opinan los músicos y críticos que participaron ayer en un debate sobre el papel de la música en la filmografía del cineasta galardonado con el premio "Princesa de Asturias" de las Artes. "Scorsese ha hecho mucho muchísimo por el rock", dijo el músico Mikel Erentxun, que ayer se declaró fan incondicional del director neoyorquino en la "Fábrica Scorsese", la factoría de cine ubicada en la antigua Fábrica de Armas de La Vega, en Oviedo.

La "playlist" rockera de la filmografía de Scorsese comenzó con "Jumpin Jack Flash", de los Rolling Stones. En la mente de los asistentes, afloró el recuerdo de la película de "Malas Calles" en la que Robert De Niro entra en el club junto a dos mujeres. El paseo por esta película siguió a ritmo de "Be my baby", de "The Ronettes". "A pesar de ser una película de malos, tiene mucha música femenina", apuntó la periodista y música Alicia Álvarez. La elección de la música nunca es casualidad si se trata de Scorsese. "Utiliza en sus películas grandes 'hits', quizá de lo que escuchaba en la radio", señala Álvarez.

A partir de ritmos conocidos Scorsese hace su magia. "No utiliza la música para enfatizar, sino como hilo conductor y con cierta ironía", apunta el periodista Fernando Navarro.

En la filmografía de Scorsese el rock siempre tiene un papel protagonista. Ejemplo de ello es la película "El último vals", sobre el concierto de despedida del grupo canadiense "The Band" o los documentales sobre "The Beatles" o Bob Dylan.