Mujer, 54 años. Causa de la muerte: traumatismo craneoencefálico severo, producido seguramente por un objeto contundente, con el que fue golpeada varias veces. Ese fue el punto de partida para las casi quinientas personas que participaron ayer en Gijón en la yincana "En clave de Fred Vargas", que convirtió la villa de Jovellanos en París y a los gijoneses en agentes del grupo de homicidios del distrito 13 de la Brigrade criminelle, metiéndose en la piel del comisario Adamsberg, protagonista de las novelas policiacas de la escritora francesa, premio "Princesa de Asturias" de las Letras.

La actividad lúdica, enmarcada en los actos de la semana de los premios "Princesa", tenía un doble fin. De un lado, "acercar los premios a la sociedad y dar a conocer a los premiados y sus trabajos" y, de otro, "ofrecer un plan distinto, una jornada familiar diferente y lúdica", en palabras de Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa.

Como en las novelas de Vargas -que ha excusado su asistencia a la entrega de los galardones- los participantes fueron descubriendo pistas que les llevaron a solventar el caso. El palacio de Revillagigedo, la biblioteca Jovellanos y las calles de la ciudad se convirtieron en el aeropuerto de París, la sala de interrogatorios o el instituto de medicina legal. Escondían en su interior las distintas piezas para resolver el cluedo.

"Es una pasada", resumían Natalia Quintanal, Pedro Vigil y su hija Julia. "Está todo cuidado al detalle: la escenografía, la imagen, no falta detalle". La familia acude a estas yincanas de los Premios desde su primera edición. "Es una actividad diferente, en la que disfrutamos los adultos y la niña", relataban.

Tampoco se pierden la yincana Luis y Susana Ordás, hermanos "con muchos años de experiencia en la investigación policial". Son ávidos lectores de novela negra y fieles seguidores de series televisivas policíacas. "Esta yincana es la más difícil de todas, porque todo está conectado. Pero también la más interesante y entretenida". Con su experiencia tienen claro que "hay que ser muy objetivo, fijarse mucho en todo y no fiarse de las pistas claras, que normalmente suelen ser falsas". Los hermanos detectives saben que "tenemos que esperar hasta el final porque el primer sospechoso no suele ser el responsable".

Otro ávido investigador es el joven Xurde Berros que, como buen observador, encontró una pista de la que sus padres y hermana estaban tirando. "Es muy emocionante poder ser policía por un día, te metes en el papel", indicaba Berros. Como también lo hicieron Begoña García y Paula Jiménez, madre e hija a quienes "nos entró el gusanillo por leer a Vargas". Objetivo conseguido, crimen resuelto.