La anécdota con la que se abre esta información en la página anterior fue explicada por Alma Guillermoprieto con gestos de bailarina. Fue un buen comienzo de la reunión en el salón de actos del IES mierense, que sirvió para que el grupo de alumnos elegido para formular las preguntas a la periodista se relajaran definitivamente. Alma escenificó -foto de la izquierda- aquella "reverencia" no intencionada y por culpa del bolso en bandolera, con la que saludó a uno de los dictadores más sanguinarios de la Historia de América Latina (y miren que el listón está alto), y la habilidad de los fotógrados oficiales del encuentro entre dictador y periodista -foto del centro- para tomar la foto en el momento exacto. Las consecuencias, explica la reportera en la foto de la derecha, fue una imagen distorsionada, a toda plana. Y a mayor gloria del somocismo.