Michael Sandel, premio "Princesa de Asturias" de Ciencias Sociales, es filósofo hasta en su casa. Lo dice su mujer, la socióloga Kiku Adatto. También es un hombre familiar. Lo demostró en su discurso en la ceremonia de entrega de premios en el teatro Campoamor al comenzar su relato haciendo referencia a su "entrañable familia hispánica". Su mujer es judía sefardí cuyos orígenes se sitúan en Sevilla. Los Adatto aún conservan la llave de su casa española, como muchas otras familias sefardíes expulsadas por los Reyes Católicos.
Sandel, que llena las aulas de sus clases en Harvard para la asignatura "Justicia", no aparca el trabajo al llegar a casa. "Con nuestros hijos, Adam y Aaron, y también con nuestros amigos y familiares solemos discutir sobre diversos temas a la hora de cenar. Nos parece la manera más natural de crecer", explica Adatto. Para ella, España es un ejemplo a seguir en este sentido porque "las personas pasan más tiempo juntas, en los bares o en sus casas". En Estados Unidos, explica, "hemos perdido esa habilidad de juntarnos; tenemos mucho que aprender de la cultura española". Para ella, la identidad del americano está muy centrada en el trabajo: "Se hace mucho hincapié en trabajar duro, en hacer muchas actividades, pero se ha perdido la idea de estar juntos y conversar. Ocurre lo mismo en los colegios, donde se debe recuperar la costumbre de discutir las cosas y no sólo memorizarlas".
Tan importante le parecen estos conceptos a la esposa del galardonado de Ciencias Sociales que en sus clases de sociología en la Universidad de Harvard están prohibidos los teléfonos móviles los portátiles y también levantar la mano para hablar. "Sólo quiero alumnos dispuestos a discutir sus ideas, que escuchen al de al lado, que conecten con los demás como si estuviesen en una cafetería", explica. Cree que esta es la vía para terminar con un tema que le preocupa: "Los jóvenes ya no hablan entre ellos". Las redes sociales son, en parte, las culpables.
Facebook, Snapchat e Instagram han ocasionado una "crisis de identidad" en los adolescentes, obsesionados por construir su "imagen perfecta". Adatto es práctica en el consejo a sus alumnos: "Puedes estar en redes sociales construyendo todo el día una imagen de ti mismo o puedes ser tú mismo". Aunque es consciente de los problemas derivados del mal uso de las redes, también aprecia su lado bueno en cosas como la "capacidad de documentar la historia del ciudadano gracias a los teléfonos móviles con una cámara".
Adatto tiende a ver el vaso siempre medio lleno. Hasta las críticas a la presidencia de Donald Trump tienen su lado positivo porque han provocado "el despertar político" de la sociedad americana. "La gente está muy interesada en los políticos después de la elección de Trump. De un lado, están quienes lo apoyan y, de otro, el resto de la población, muy crítica con su mandato, pero, su figura ha involucrado mucho a la gente en temas políticos", explica esta amante del diálogo.
No entra a hablar mucho más de política americana. Tampoco de la española. Conoce todo lo que ocurre en nuestro país porque lee los periódicos españoles a diario, pero prefiere no opinar de asuntos como Cataluña porque es un tema muy "controvertido". Sí lo hace de la Ley de Memoria Histórica, un proyecto que le interesa de forma especial. "Siempre pensamos que el pasado es pasado. Pero la situación del pasado en muchos niveles proporciona las claves para sustentar la democracia en el presente", argumenta.
Kiku se confiesa una apasionada de España por muchos motivos. Según cuenta, admira la cantidad de lenguas que conviven, el respeto a las tradiciones o la cantidad de aspectos sociales que recoge la Constitución española. Esto último lo descubrió mientras estudiaba junto a sus hijos para el examen de cultura general española al que se deben presentar para conseguir la nacionalidad española. Mientras repasaban la Constitución española en casa de los Sandel se generó un debate entre todos -incluido el filósofo- sobre las diferencias entre el sistema democrático de Estados Unidos y la constitución en España. "Fue muy divertido", dice risueña. Eso sí, no hubo conclusiones. Ellos prefieren discutir por discutir. Disfrutar de la reflexión.
La importancia de la conversación y la reflexión son dos características que comparten filósofo y socióloga. De ahí que ambos tengan en marcha proyectos juntos como el libro "Babayán y la estrella mágica" para fomentar el pensamiento crítico entre los jóvenes.
