La ceremonia de los Premios Princesa de Asturias es una de las más esperadas del año para casi todo el mundo. En la alfombra azul que da acceso al teatro Campoamor se dan cita cada tarde cientos de personalidades del mundo de la política, la ciencia, la educación y la industria. Pero no todos los años llueve a gusto de todos. En esta ocasión fue el presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla el que ayer viernes puso la nota discordante en Oviedo. No quiso entrar en el teatro Campoamor ni acompañar al resto de líderes que esperaban la ceremonia en el interior del coliseo (entre los que se encontraban, por ejemplo, cinco ministros encabezados por la vicepresidenta del Gobierno o los líderes del PP, Pablo Casado, y de Ciudadanos, Albert Rivera). Lo curioso en este caso es que Revilla rehusó acceder al teatro cuando ya estaba en Oviedo, a pocos metros de la alfombra azul. Dejó su butaca vacía a pesar de que tenía invitación. ¿Por qué? La razón hay que buscarla con lo que pasó apenas una hora antes de la ceremonia.

La protesta de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil (organizados en la asociación Jusapol), que frente al Campoamor reivindicaban la equiparación salarial con las policías autonómicas generó momentos de tensión frente al coliseo ovetense. Primero cuando en torno a las cinco de la tarde los agentes recibieron la orden de Delegación del Gobierno para desalojar el lugar que habían ocupado desde las ocho de la mañana. “Nos dijeron que teníamos que abandonar por seguridad ya que había una grúa de televisión pero claramente lo hacían por quitar Jusapol y su pancarta”, subrayó un portavoz de la organización. Lo cierto es que las pancartas estaban duplicadas: justo frente a ellos (en la plaza de la Escandalera donde se concentraban todos los que protestaban contra los Premios) había otra con el mismo lema. (Sigue leyendo después de la galería).

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Premios Princesa de Asturias: las protestas

Cuando los agentes le trasladaron la protesta al presidente Revilla este optó por entregar su invitación y no entrar a la gala de los Premios. Dejó un asiento vacío dentro de un Campoamor que, por lo demás, permaneció durante toda la gala abarrotado como viene siendo habitual a lo largo de las más de tres décadas que llevan entregándose estos premios en la capital del Principado.

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Premios Princesa de Asturias 2018:La alfombra azul en el teatro Campoamor