El nefrólogo Jorge Cannata, catedrático de Medicina y responsable de la unidad de gestión clínica de Metabolismo Óseo y Mineral del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), utiliza un símil muy asturiano para referirse a la importancia del riñón: "Es como el canario de la mina". El próximo lunes ejercerá de padrino en la ceremonia académica en la que Carmine Zoccali (Reggio Calabria, Italia), reputado nefrólogo, experto en la enfermedad renal crónica y presidente de la Asociación Renal Europea y la Asociación Europea de Diálisis y Trasplante, recibirá los honores como nuevo doctor honoris causa por la Universidad de Oviedo. La relación entre ambos comenzó en Glasgow, donde ambos coincidieron a principios de los ochenta, uno para perfeccionar su técnica en transplantes y metabolismo óseo y el otro, para ampliar su experiencia en la hipertensión arterial. "Es una relación de amistad prolongada en el tiempo motivada por un viaje profesional", explica Cannata, quien durante una etapa posterior como Presidente de la Sociedad Europea de Nefrología logró la implicación de Zoccali para ponerse al frente del primer registro de ámbito europeo sobre la enfermedad renal crónica.

Cannata destaca del nuevo honoris causa su "flexibilidad, honorabilidad y generosidad para poder avanzar en la Ciencia". Y agrega que Zoccali no busca rédito personal en ninguna de las tareas que emprende: "Pocos tienen sus valores morales", remarca Cannata, quien recuerda que su grupo de investigación mantiene un colaboración actual con el nuevo honoris causa como "excelente epidemiólogo". El catedrático de Medicina remarca como justificación a la propuesta del doctor Zoccali que "lo lógico" es "mostrar a la sociedad personas de ese perfil" porque, todavía hoy, "mucha gente sigue favoreciéndose de ese trabajo".

La decisión de otorgarle el máximo honor de la Universidad de Oviedo se fundamenta en la importancia de poner el foco sobre aquellos profesionales que pueden ser el germen de futuras investigaciones.

A futuro, una de sus principales colaboraciones pasa por conocer los factores de riesgo para controlar un avance más lento de la enfermedad renal crónica, una patología que, según explica el doctor Jorge Cannata, sufre cerca del 10% de la población. Si bien la detección hoy es más sencilla, el catedrático de Medicina insiste en que el riñón continúa siendo "el eterno desconocido" porque la función excretora es solo una parte, también tiene una participación activa en la función metabólica. Además, activa la producción de vitamina D, controla la tensión arterial y la anemia. "Nunca estuvo tan claro que el control de la tensión arterial y la proteinuria favorece enlentecer la progresión de la enfermedad", sostiene Cannata, quien advierte también sobre la influencia de la diabetes en la enfermedad renal. "Ser delgado es aumentar años de vida", afirma, "y ser obeso es un factor de riesgo elevado", concluye. Por ello, el catedrático de Medicina coincide con su colega italiano en la importancia, para avanzar en la prevención de la enfermedad renal, de que los servicios de nefrología estén bien dotados.

Y volviendo a la importancia de mantener sana la función renal, Cannata recuerda que el riñón únicamente representa el 0,4% del peso corporal pero procesa un 25% de lo que bombea el corazón. "Es una especie de órgano que por ese gran flujo se beneficia por tener información privilegiada también", resume. El manejo de datos epidemiológicos en torno a este órgano y sus implicación en la salud es lo que le ha valido al doctor Zoccali el título de honoris causa por la Universidad de Oviedo.