La vida está llena de casualidades y Ruperto Álvarez lo sabe bien. A los 22 años descubrió por casualidad, junto a sus compañeros del grupo de montaña Torreblanca, la cueva de Tito Bustillo. Cincuenta años después, recibieron la medalla de oro por su hazaña, y Ruperto, casualidad o destino, tuvo la oportunidad de saludar ayer en la recepción a la Reina Letizia, que fue alumna de su madre en el colegio de la Gesta de Oviedo. "Fue un momento muy emocionante; ella se acordaba perfectamente de mi madre y me preguntó por ella. Yo le conté que falleció este año con 100 años y me dijo que lo sentía", explicaba Ruperto con voz emocionada. Su madre, Covadonga Romero, no sólo fue la profesora de Dibujo de Letizia, sino que recibió en 1998 una medalla de plata por su faceta como escultora. Entonces don Felipe aún era príncipe, y doña Letizia, periodista.