Este domingo deberemos retrasar los relojes una hora, a las 3:00 serán las 2:00, para dar la bienvenida al horario de invierno. No será el último cambio de hora, al menos hasta marzo de 2019, que será obligatorio seguir con esta dinámica.

Para muchos expertos quedarnos durante todo el año con el horario de invierno, que es el de GMT+1, sería la mejor solución a muchos problemas: nuestros horarios irían más acorde a la luz solar así que siempre que nos levantásemos sería de día y se facilitaría la conciliación laboral y familiar.

Suprimir el cambio de hora nos evitaría los desajustes que sufrimos los días posteriores y que tanto afectan a niños y ancianos, especialmente en marzo cuando dormimos una hora menos para abrazar el horario veraniego.

José María Fernández-Crehuet, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, ha abordado esta cuestión en su tesis doctoral: "Soy partidario de que la península tenga un horario todo el año de GMT + 1 y Canarias una hora menos". El experto explica que por sus características climatológicas en gran parte de España durante los meses de verano las altas temperaturas hacen que las sobremesas (de 15:00 a 18:00) sean horas muertas. "No se pueden realizar actividades al aire libre y nos vemos obligados a permanecer en casa con el aire acondicionado puesto y gastando electricidad", afirma.

Existen muchos indicios de los efectos perjudiciales

España se sitúa como el tercer país de la UE donde existe un mayor apoyo a eliminar el cambio de hora, tras Finlandia y Polonia, en base a una encuesta de la Comisión Europea en línea en la que han participado un total de 4,6 millones de ciudadanos de todos los Estados miembros.

Las principales motivaciones de los participantes para eliminar el cambio horario son el impacto negativo en la salud, el aumento de los accidentes de tráfico o la falta de un ahorro significativo de energía.

"Es evidente que en España la hora solar no coincide con la que correspondería a nuestro huso horario", explica Fernández-Crehuet, "en lo que se discrepa es en si ese hecho nos beneficia, nos perjudica o es indiferente".

El profesor pone de manifiesto la incoherencia que existe en nuestros horarios vitales "si buena parte de la población come entre las 14:00 y las 15:00 y cena a las 21:00-22:00 lo lógico es que se empezara a trabajar a las 10:00-11:00 de la mañana y no a las 09:00". Estos hábitos hacen que madruguemos demasiado y que la jornada laboral se prolongue cinco horas hasta la hora de ir a comer, algo que repercute en el rendimiento.

La calidad de vida de los españoles se ve afectada por el retraso de nuestros hábitos sociales: salimos tarde de trabajar, cenamos bien entrada la noche (lo cual no es saludable), el prime time televisivo se ha ido retrasando de forma escandalosa y como consecuencia nos acostamos tarde y nos despertamos temprano y cansados.

Dejar el horario de invierno ¿facilitaría la conciliación entre la vida familiar y laboral?

Tener más horas de luz, que es lo que ocurre con el horario de verano, no significa que nos organicemos mejor y saquemos más partido a nuestro tiempo. Muchos países europeos distribuyen su horario de una forma más sensata y logran integrar mejor familia, trabajo y ocio. ¿Sería posible modificar poco a poco el horario español para acercarnos a su horario?

Fernández-Crehuet explica que la cultura del presentismo laboral y el miedo a perder el puesto de trabajo en una sociedad afectada por el excesivo paro hace que "muchos se vean obligados a estar presentes en el puesto de trabajo muchas más horas de las realmente contabilizadas y pagadas, lo que disminuye nuestra productividad, con un sacrificio personal que sufre la conciliación con la vida personal y familiar".

En resumen, mantener el mismo horario durante todo el año debería ir acompañado de cambios en los hábitos (horarios laborales, de comida, de ocio...) para poder integrar la vida profesional, personal y familiar.

Como apunta el experto todos estos cambios repercutirían en la "calidad de vida, la salud, el rendimiento escolar, la productividad, el sueño, la siniestralidad, los accidentes de tráfico, la igualdad, etc".