En no pocas ocasiones utilizar las redes sociales y las aplicaciones de la llamada economía colaborativa conlleva sus riesgos. Sobre todo si al otro lado hay quién utiliza mal estos recursos. Hace varios días una usuaria de BlaBlaCar, la aplicación que se utiliza para compartir coche en grandes viajes en todo el mundo, expuso a través de las redes sociales la situación de acoso que tuvo que sufrir al reservar un trayecto. ¿Su objetivo? No quedarse callada y denunciar lo sucedido. “Quiero que se sepa lo que pasó”, asegura la denunciante. La aplicación en cuestión ya ha tomado medidas al respecto.

Todo empezó al organizar un viaje cualquiera de vuelta a casa. “Como de costumbre recurro a la aplicación y solicité primera plaza para viajar con un chico”, comienza su relato la afectada. El conductor le pidió poco después a la chica que anulara la reserva para evitar que le cobraran la comisión de la aplicación (algo que no es legal y que no garantiza el correcto funcionamiento del servicio). La conversación entre la chica y el denunciado viró entonces hacia el lugar en el que trabajaba la joven. El conductor asgeuró que quería ir a recogerla el dia del viaje. Pero, de pronto, le hizo una proposición a la joven. "Me dijo de ir a tomar algo”. “Sin dudar de las buenas intenciones y de facilitar el punto de encuentro llamé por teléfono y así decirle educadamente que no quería quedar a tomar algo”, continúa la chica asegurando que no quería ser maleducada pero lo sucedido “me estaba dando mal rollo”. La cosa empeoró cuando el conductor le envió un “selfie” para que pudiera identificar fácil al conductor.

“No me sentí bien, me sentí culpable y mal pensada, estaba sintiendo insinuaciones donde las había y que estaba paranoica”, añadió la chica que acabó contándole lo sucedido a su pareja. El chico reservó otra plaza en el mismo viaje para ver si siendo un hombre pasaba lo mismo. “A los pocos minutos el chico canceló el viaje”, resumió. La chica acabó yendo a la Policía para poner en conocimiento de los agentes lo que le había sucedido.

“Los funcionarios de la policía municipal fueron educados pero me dijeron que eso lo tenía que gestionar con la Policía Nacional", explica. En este segundo cuerpo no fueron tan eficientes según la denunciante. "El agente que me atendió muy dispuesto a escuchar me dijo que se lo contara por teléfono, que no hacía falta ir a la Comisaría ni denunciar y que si pasaba algo llamara”, sentencia la joven. La chica acabó poniéndose en contacto con BlaBlaCar. Y la aplicación respondió bloqueando el acceso del acusado a la aplicación. “Quiero agradecerles su rápida respuesta y reacción”, agradeció la joven llamando a los usuarios a hacer como ella y a notificar cualquier comportamiento sospechoso o que pueda suponer una situación de tensión.