El Museo de Bellas Artes de Asturias se ha convertido en la colección de referencia para aquellos que quieran adentrarse en la vida y la obra del pintor asturiano más original e inclasificable del siglo XX, Aurelio Suárez. El próximo miércoles, la familia del artista gijonés (1910-2003) hará entrega de la última donación de objetos personales que poblaban el estudio de este creador, todos ellos marcados por la potente imaginación que impregna el "aurelianismo".

Esta nueva donación es la tercera que hace el hijo del pintor, Gonzalo Suárez, auténtico guardián del legado aureliano y quién ha documentado minuciosamente todas y cada una de las piezas salidas de la original visión artística de su padre, además de difundir la obra en distintas publicaciones y en una completísima página web (www.aureliosuarez.es).

En este caso, puede decirse que se trata de la donación más importante pues, entre las piezas entregadas a la pinacoteca asturiana, se encuentra el mobiliario del estudio del pintor. Un mobiliario diseñado por el propio Aurelio y ejecutado por un carpintero de su confianza, aunque posteriormente el artista intervino sobre él, enriqueciéndolo con su poderosa simbología. Se trata de piezas que hasta ahora permanecían inéditas. Entre los objetos que serán donados al museo en esta nueva y tercera entrega también se encuentran algunos objetos decorativos sobre los que intervino Aurelio Suárez, transformando en algunos casos elementos de uso cotidiano en auténticas obras de arte.

Esta donación que incluye los muebles de Aurelio Suárez, sumada a las dos ya efectuadas en 2017, permitirá reconstruir de una manera fiel el estudio del pintor si, llegado el caso, se organiza una gran exposición antológica sobre la vida y obra del artista. Ése es precisamente uno de los aspectos que preocupa a la familia del artista, que considera necesario un nuevo impulso a la figura de Aurelio Suárez y acaso promover el conocimiento fuera de Asturias de la obra aureliana. Otro de los aspectos que suscita cierto malestar entre los donantes, que están en plena sintonía con la dirección del Museo, son las estrecheces económicas de la pinacoteca regional para plantearse, llegado el caso, una exposición con el material donado, lo que supondría un acercamiento más íntimo al proceso creativo de Suárez. Hay aspectos concretos de ese legado, subrayan, que también merecerían atención, como es la colección de postales que a lo largo de su vida Aurelio Suárez fue acumulando. Se trata de casi 50.000 postales de todas partes del mundo atesoradas por un autor que cuenta con una sala propia (la número 21) en el Museo y que, además, es la que más visitas y más comentarios positivos recibe de todas con las que cuenta la pinacoteca.

La primera donación al Museo de Bellas Artes se produjo en mayo del año pasado. En ella se entregaron más de 200 objetos y documentos relacionados con la vida y obra de Aurelio Suárez, entre ellos 26 cajas de barajas decoradas y 27 cajas de estampas. La segunda donación se produjo en diciembre de ese mismo año y en ella, además de útiles, objetos de distinta naturaleza y la mencionada colección de postales, el Museo recibió la biblioteca del artista, de 1.629 volúmenes.