La actualización de las condiciones de viaje dentro de los aviones de Ryanair (la compañía va a empezar a cobrar incluso por las maletas de mano que se suben a la cabina), ha obligado a la compañía a paralizar durante doce horas varios servicios en su página web. Entre ellos el de facturación "on line". A pesar de que la propia marca ha pedido disculpas por lo sucedido y atribuye la obligación de cerrar su web a "tareas de actualización", en la práctica lo que va a suponer este cambio es que los clientes que viajen en los próximos días con esta compañía no van a poder hacer el "check in" on line que permite la marca unas horas antes de los vuelos y se van a ver obligados a hacerlo en el aeropuerto del que partan, lo que supondrá un coste de 50 euros por trayecto.

Desde la compañía apuntan, no obstante que “no obligamos a nuestros clientes a nada, aplicaremos la tarifa existente de reemisión de tarjetas de embarque. Por ello, hemos avisado con el suficiente tiempo a todos los clientes que viajarán este miércoles y jueves, para que puedan hacer el check-in habitual de sus vuelos antes del cierre de la página web (a través de la aplicación o imprimiendo sus tarjetas de embarque). Todos ellos fueron contactados a través de e-mail y mensaje SMS el lunes y martes”.

El "cierre" de la web arrancará a las seis de la tarde de mañana y se prolongará hasta las seis de la madrugada del jueves por lo que la compañía recomienda a todos los pasajeros que viajen el día 7 (a los que ya ha avisado de los cambios vía mail) "que se aseguren de haber efectuado la facturación online e impreso sus tarjetas de embarque el martes 6 de noviembre". La compañía recuerda que la facturación se puede hacer hasta dos horas antes de la salida del vuelo.

Las labores de actualización de la web tampoco permitirán hacer reservas en las horas de cierre ni cambiar vuelos.

Los consumidores se han quejado en las últimas horas de la decisión de Ryanair de cobrar por el equipaje de mano. La compañía no está viviendo precisamente su mejor momento después de que hace un mes sus tripulantes de cabina decidieran ir a la huelga para quejarse por las condiciones en las que se veían obligados a trabajar. Finalmente la compañía acabó llegando a un acuerdo con estos trabajadores. El parón había obligado a suspender varios vuelos de Ryanair en España. La política de ajuste de los costes de la marca low cost pasó factura a los trabajadores que ahora ven mejorada al menos en parte su situación y su capacidad de negociar mejoras para un futuro.