La quincuagésima sexta edición del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) levantará su telón el próximo viernes. Nueve días y 180 películas. El director del certamen, Alejandro Díaz Castaño (Bimenes, 1979), da algunas de las claves de esta cita.
-Segundo año al frente del FICX. ¿Es ya el festival que quería hacer?
-Se acerca. Hemos tenido más tiempo y se nota en la selección, que es más completa y equilibrada; está más mimada. Y, también, en la relación con otros festivales o entre las distintas secciones. Queda camino por recorrer. Un festival es un iceberg del que sólo se ve la punta.
-¿Qué le falta y qué le sobra al Festival de Gijón?
-Lo tengo que pensar. Nos gustaría tener más espacios en el centro de la ciudad, quizás otra sala para unos doscientos o trescientos espectadores. Y más presupuesto para hacer las cosas con mayor holgura. ¿Qué sobra? Hay cosas que pueden parecer prescindibles, pero forman parte de nuestra tradición.
-Hay quien opina que los festivales se cargan de demasiadas cosas en pocos días...
-Cierto. Es muy importante la correcta dimensión. Hemos decidido no sobrecargar las secciones. Pasa con "Rellumes", donde hay catorce películas compitiendo por el premio, no dieciocho. Hay que dar visibilidad. No nos gusta acumular. ¿Sobrar? Sí me sobra que los festivales estemos en una pelea constante por las "premiéres".
-Novecientos mil euros de presupuesto. Mucho menos que los otros grandes festivales españoles. ¿Gijón puede seguir compitiendo con esas citas?
-Creo que sí. Por la trayectoria y el equipo que tenemos. Hay una tradición. Sí es verdad que me gustaría tener un poco más de presupuesto para seguir creciendo, que es la manera además de que las instituciones te den más subvenciones. Es importante potenciar también las actividades anuales, como FICX Plus.
- ¿Los representantes políticos e institucionales aún no se han dado cuenta de que el FICX es el festival de cine de Asturias?
-Tengo la sensación de que sí se dan cuenta, aunque nos gustaría tener más ayudas y patrocinios privados. Hablo con las instituciones, por ejemplo la Universidad, y sí hay una consciencia de la importancia del festival. Es cierto que las ayudas eran mayores en el pasado. Ojalá podamos revertir esa dinámica.
-¿Superado el miedo y el debate por el cierre de la sede de los Cines Centro?
-Era un miedo real. Tenía mucha preocupación, pero está superada. Los espectadores se vuelcan con el festival. Aplicamos la idea de la rotación de las películas. El miedo está superado, pero no solventado el asunto. Hay que seguir buscando otro espacio en el centro de Gijón.
-¿Hay una desconexión del público más joven con el festival?
-Es uno de los públicos más difíciles de atraer: adolescentes, universitarios... "Enfants terribles" es muy importante, en ese sentido. Y de ahí, también, las charlas en la Universidad. Es un reto y hay que seguir buscando fórmulas para atraer a un público que, en general, va muy poco al cine. Es una franja de edad en la que funcionan mejor los festivales de música que los de cine. Consumen el cine a través de plataformas y desde casa. Un reto.
-El FICX incluye treinta estrenos mundiales. ¿Es la línea a seguir?
-Es importante tener estrenos.
-¿El objetivo es lograr más "premiéres" internacionales?
-Sí. Este año tenemos la "premiére" de Radu Jude, director galardonado en Berlín. Es el objetivo, pero que sean siempre películas que estén a la altura de nuestras secciones. Dicho de otra manera: no vamos a estrenar una película que no nos guste. Este año tenemos bastantes estrenos en secciones que no lo requieren, como "Esbilla".
-Hay menor peso del cine de animación. ¿Por qué?
-Tiene que ver con el asunto de la dimensión del festival. Hay una selección de películas de animación, quizás no tan amplia, y están repartidas en distintas secciones. Este año trabajamos de manera más transversal: el premio del público o el de la mejor película española, y también "Animaficx" o "Géneros mutantes". Hay menos películas de animación, que seguirán estando en el festival, y más de género.
-Usted llegó al FICX anunciando una apuesta por el cine español. Este año, el cine asturiano supone el 40 por ciento de esa filmografía española. ¿Tanto nivel hay en el Principado?
-En unos años se ha producido un gran salto cualitativo. Puede ser una coincidencia pero se está en la línea, por ejemplo, del nuevo cine gallego. Lo veo muy bien.
-¿No teme que le acusen de asturianizar en exceso el festival?
-No tengo ese miedo. Las películas están en consonancia con las de las secciones en las que compiten. Es algo natural. En San Sebastián suelen tener una película vasca en sección oficial.
-Un hecho subrayable es la inclusión de la última obra de Bande en sección oficial...
-Es un director con una trayectoria de dos décadas y siempre muy ligado al FICX. Ha hecho películas de gran repercusión, como "El fulgor", que me fascina. Y "Equí y n'otru tiempu" es monumental. Si la hubieran firmado Sokúrov u Oliveira, todo el mundo diría que era una obra maestra. Tuvo premio en Sevilla.
-¿Cómo puede contribuir el FICX a la creación de una industria asturiana?
-Animo a todos a que se acrediten en las jornadas de la industria. Tenemos asesorías para negociar contratos. Queremos romper la dinámica del aislamiento de los creadores. Este año vendrán programadores de la "Quincena" de Cannes, de la Bienale o de Locarno. Habrá encuentros y la gente debe lanzarse a contar sus proyectos, sin temor. Hay que atreverse; es una oportunidad.
-A los espectadores les gusta ver a los directores, a actores y actrices. ¿Hay muchas presencias confirmadas?
-Habrá cien encuentros con los creadores. Es importante. Invitamos siempre a todos los directores de las secciones en competición. Vendrán seguro, entre otros, Radu Muntean, Juan Diego, Guillaume Nicloux, Esther Garrel, Dominga Sotomayor, Isabel Coixet, Cuerda, Berto Romero o Lola Dueñas.
