"Es un documento necesario, más que una película". Así definió ayer el director salmantino Gabriel Velázquez (1968) su última propuesta. El cineasta, que ha sido finalista en los "Goya" y ha competido en la sección oficial del Festival de San Sebastián, eligió en esta ocasión el certamen gijonés para el estreno mundial de "Zaniki", un canto a la cultura y la música populares. Y a su transmisión, claro.
El cineasta compareció con parte de la familia que compone "Grupo Mayalde", la afamada formación salmantina de folk y Premio Nacional "Martínez Torner" de este año. "Agradezco que el cine haya querido contar cómo se hacían antes las cosas", hizo resaltar Eusebio "Mayalde". Éste, acompañado por su nieto Beltrán, hizo una defensa de las tradiciones ligadas a la cultura popular frente a la globalización que uniformiza y arrasa: "Tú música será pequeña, pero es tuya; llevo treinta y ocho años de oficio y a mí me han entendido en todos los lados, hasta en Cartagena de Indias", explicó, antes de encadenar: "Las abuelas siempre han dicho lo mismo en todas partes del mundo; la tradición oral tiene sus pautas de belleza". "Zaniki" es, junto a "Cantares de una revolución", del gijonés Ramón Lluís Bande, la única representación española en la sección oficial de este año.
"Cantar es peligroso; cantar ha sido siempre peligroso porque nos humaniza", afirmó Eusebio "Mayalde", que defendió un cine "apasionado", capaz de contar historias como la que filma Gabriel Velázquez. El director explicó: "Todo en la película está recreado, pero de manera natural; son actores naurales y aquí no valía contar las cosas de cualquier manera". Y más: "Queríamos contar una historia de la manera más bella". Y otra frase de Eusebio: "Sin la humildad, no se llega a la sabiduría".
