El director Guillaume Nicloux plantó su cámara en la antigua Indochina francesa para contar, en "Les confins du monde", una de las guerras coloniales que marcaron el siglo XX: Francia se enfrentó desde 1946 a 1954 al Viet Minh, aquel ejército imprevisible de Ho Chi Minh. "Hoy se puede ser más crítico con el colonialismo de mi país", afirmó el relizador (es también actor y novelista), que ha contado para este filme con el gran Gerard Depardieu. No es la primera vez que colaboran.

Nicloux, que se inspiró para esta película de guerra en el libro de Erwan Bergot titulado "Commando Vandenberghe : Le pirate du Delta", estuvo ayer en Gijón para hablar de "Les confins du monde": "¿Qué dejó Francia en Vietnam? Esclavitud, represión... También grandes edificios e infraestructuras, pero porque estaban al servicio de aquel colonialismo para aumentar su riqueza". El director, de fino humor y muy dado él mismo a preguntar por las impresiones de su filme, estuvo acompañado del actor y modelo galo Gaspard Ulliel, protagonista de una obra en la que encarna al soldado Robert Tassen. "El rodaje ha sido una experiencia extraordinaria, tanto por el clima como por el paisaje", relató Ulliel", quien agradeció a Nicloux la confianza y que haya sabido conceder una construcción "abierta" a la película, tras cuatro meses de trabajo en la selva.

Depardieu firma otra de sus colosales interpretaciones en "Les confins du monde", un filme que pasó por Cannes y tiene estreno español en Gijón. ¿Exceso de imágenes de crueldad, con degollaciones? Nicloux hizo resaltar que conoce bien la pintura de Goya, artista que plasmó la intervención militar napoleónica en España durante la Guerra de la Independencia: "Mis escenas tienen que ver con la fascinanción del horror, del cuerpo abierto; cuando estamos vivos todo el organismo fluye, mientras que muertos, parecemos sólo un montón de carne".