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Navidad

¿Papá Noel o Reyes Magos?

Cada vez más familias españolas optan por la 'convivencia' y se apuntan a ambas celebraciones

La Navidad cambia con el paso del tiempo, dicen los expertos. GETTY IMAGES

Los belenes han sido (y siguen siendo) la representación navideña más común en los hogares españoles. El Niño Jesús, San José y la Virgen María comparten espacio junto a muchos otros personajes, como los Reyes Magos. A la hora de gestionar las peticiones y entrega de regalos, sus Majestades de Oriente no han tenido rival entre generaciones de españoles, pero la globalización y, como dicen algunos expertos, la "secularización" de estas fiestas, ha provocado que Melchor, Gaspar y Baltasar tengan ahora la competencia, cada vez mayor, de Papá Noel, una figura más asociada al concepto anglosajón de la Navidad.

La tradición indica que este personaje realiza su labor en Nochebuena, descendiendo por las chimeneas de los hogares. Y lo cierto es que cada vez accede más a los domicilios de los españoles, como indica Fernando Pérez, de NPD Group, compañía que analiza la evolución de ventas de la industria juguetera. "Hay mucha gente que divide las entregas en ambas fechas, la de Papá Noel y los Reyes Magos, pero lo cierto es que la del 6 de enero nadie la abandona", señala. Así que parece que el orondo repartidor, con sus renos y su trineo, ha venido para quedarse, aunque muy por detrás de sus Majestades en las preferencias.

El sociólogo Juan Carlos Barajas, editor del blog 'Sociología Divertida', apunta varias razones. Sostiene que hay una razón lúdica -"a la gente le gustan las festividades y darse regalos entre los que se aprecian" -, pero añade que hay también motivos relacionados con la globalización, que "facilita la difusión cultural entre sociedades diversas" y la "secularización" de la sociedad. "La menor observancia de los ritos religiosos permite una gestión más libre de estas fiestas", dice Barajas. Para este sociólogo, cuyos artículos pueden hallarse en la página sociologiadivertida.blogspot.com, este fenómeno no afecta solo a la Navidad, sino también "a la Semana Santa, a la misa del domingo, a las bodas, los bautizos, las comuniones...". No obstante, Barajas cree que "la pérdida de contenido religioso no ha afectado de manera importante a los sentimientos familiares", a pesar de que las estructuras de las mismas hayan cambiado en composición y forma. "La Navidad sigue siendo una fiesta familiar y la familia es una institución muy fuerte en España", agrega.

Hay otra razón que gana peso. Y tiene que ver con el pragmatismo. Si los regalos llegan antes, hay más tiempo de vacaciones para disfrutarlos. "Celebramos Papá Noel porque es una costumbre que tanto mi mujer como yo teníamos de niños: él traía los regalos 'grandes' y los Reyes un libro o un cuento. Ahora mantenemos tal cual esta tradición. Juguetes, juegos de mesa, videojuegos... con Papá Noel. Y lectura, los Reyes. No sé por qué mis padres, cuando yo era pequeño, tomaron esta decisión, pero en lo práctico sin duda es lo mejor: si tienes todos los juguetes el día 25 de diciembre puedes jugar todas las Navidades. Pero si los recibes el 6 de enero, acto seguido vuelve el cole. Sí, sin duda, somos Papanoeliers", explica Joaquín Bastarós, autor del blog 'padresfrikis.com'.

Efectivamente, la electrónica parece haber ganado peso en las cartas de los niños a los Reyes y a Papá Noel, que también recibe las peticiones a través de esta vía. "Antes el juguete tradicional se ubicaba en una franja de edad de 0 a 12 años. Ahora, a los 11 años, los niños ya empiezan a recibir otra clase de regalos, como videojuegos y su primer móvil", explica Fernando Pérez, que sin embargo observa una "recuperación sostenida" en el sector juguetero, alcanzando niveles anteriores a la crisis económica pese a fenómenos como la fuerte caída de natalidad que experimenta la sociedad española desde comienzos de siglo.

Entonces, ¿significa todo esto que está cambiando nuestra forma de vivir la Navidad? "Papá Noel o Santa Claus es la imagen que nos viene en forma de adornos navideños, películas, publicidad... Es lógico que nos vaya impregnando", explica la antropóloga y divulgadora Noemi Villaverde. "Como todo elemento cultural, ni la religión ni la Navidad son algo estático. La cultura y las tradiciones sirven a las personas, y no al revés, y van transformándose. Aunque nuestra sociedad sea cada vez más individualista, los seres humanos somos completamente codependientes y continuamos conservando los sentimientos comunitarios y familiares", añade.

En cualquier caso, la convivencia entre Papá Noel y los Reyes Magos parece un ejemplo más de la voluntad, cada vez más asentadas entre muchos españoles, de compatibilizar fiestas y celebraciones propias con otras de importación. Ahí están el crecimiento que han experimentado eventos como Halloween y el Black Friday en España. ¿Se están desfigurando las tradiciones? Noemi Villaverde relativiza esta idea. "La misma Navidad es una celebración esencialmente moderna e importada, que transformó y sustituyó a las fiestas paganas que se desarrollaban en esta época del año. De todas maneras, no lo sentimos así, ya que la Navidad ya es una conmemoración que por ser repetida y continua e el tiempo, y por lo tanto, con un pasado histórico, gana en valor simbólico hasta ser parte esencial en la identidad de una comunidad. Las raíces, y no la procedencia, es lo que da valor a una tradición".

En todo este proceso, Internet desempeña una función fundamental. "Es un amplificador extraordinario en los intercambios de información. Las modas, usos y maneras de la gente se difunden con mucha rapidez. La mayoría de estas difusiones son como relámpagos culturales que se desvanecen pronto pero otras llegan para quedarse", explica el sociólogo Juan Carlos Barajas. De todas maneras, no conviene olvidar que se trata de fiestas, y que en lo que se fijan quienes las siguen es si les sirven para divertirse. Es decir, que hablamos de un asunto muy serio, porque una fiesta aburrida no se consolida. "Yo estoy a favor de importar cualquier costumbre o tradición divertida y sana, así como de conservar las tradiciones propias si también lo son", resume Joaquín Bastarós.

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