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Cultura da la puntilla al teatro profesional

La patronal regional del sector teatral acusa al viceconsejero Vicente Domínguez de acabar con un circuito de representaciones por toda Asturias con veinte años de historia

Rodrigo Cuevas, en la representación de "Horror", un espectáculo musical fruto de la unión de cuatro compañías asturianas. Juan Plaza

"Quiero ser gallego. O vasco. Lo que no quiero ser es asturiano", implora Etelvino Vázquez, el histórico director de la compañía Teatro del Norte, de Lugones. "En esta legislatura han matado al teatro", subraya. Lo han hecho, señala, rompiendo unilateralmente el Circuito Asturiano de Teatro, es decir, la colaboración que hace más de dos décadas (cuando el presidente era Sergio Marqués) decidieron establecer al alimón los ayuntamientos y el Principado para ofrecer una oferta sostenida de representaciones teatrales a cargo de compañías profesionales asturianas por una veintena de municipios, también por los más pequeños y no solo por las principales ciudades de la región.

Vázquez lanza los dardos contra el Viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, pero no sólo él, la patronal del teatro -Escenasturias- ha pedido y vuelto a pedir que el responsable de la política cultural de Asturias presente su dimisión por haber dado la puntilla a un sector económico de reducidas dimensiones, pero dependiente al cien por ciento -desde los años ochenta, en Asturias- de las administraciones públicas para poder desarrollarse. "No podemos salir a la calle, quemar neumáticos, pero no se nos oye protestar", se lamenta Jorge Moreno, productor de la empresa Ánimo de Lucro. Este periódico ha tratado de contar con el punto de vista del Principado al respecto, pero el Gobierno no se ha pronunciado.

Lo que Domínguez ha roto, al decir de los teatreros y de los programadores municipales, es "un sistema que ha funcionado dentro de la precariedad, pero ha funcionado", indica Luis Alija, el presidente de Escenasturias. Durante más de dos décadas, el Principado ha contribuido al crecimiento de la escena asturiana abonando el 60 por ciento de un caché determinado de un montaje escénico. El otro 40 por ciento, lo aportaban los ayuntamientos adscritos al programa cultural (poco más de veinte). Desde hace dos años esto cambió: cada administración paga al 50 por ciento. "Y a partir del año que viene, no se sabe", dice Alija.

El pasado día 18, Vicente Domínguez convocó el último plenario del Circuito, donde están los programadores municipales de cada uno de los concejos adscritos. Les dijo que "entre enero y febrero" convocará unas subvenciones a la exhibición teatral. Los programadores rechazaron esta postura por tres razones. La primera, porque el planteamiento es de concurrencia competitiva, esto quiere decir que todos los municipios de Asturias -los 78- se pueden presentar a la convocatoria. Todas las subvenciones, además, tienen un dinero cerrado y a fecha de hoy se desconoce qué cuantía pretende reservar Cultura para las artes escénicas. "Dependiendo de cómo se pretenda dividir esa partida, llegará más o menos a cada municipio que haya programado teatro", señalan técnicos consultados.

La segunda razón es que ya no va a existir el catálogo de obras de teatro (contiene necesidades para la exhibición del montaje, datos de la compañía y, sobre todo, el precio de venta, el conocido caché). Sin catálogo se rompe la regulación de precios (cada compañía está al albur de lo que negocie con cada programador). "No es del todo malo: estamos en el libre mercado, pero me da la sensación que la cosa es peor. Al tener que adelantar el Ayuntamiento todo el dinero, el gestor municipal optará por el teatro amateur y así cumplir el expediente", apunta Jorge Moreno.

La tercera cuestión que se avecina es que se acaba para siempre con una oferta que era una seña de identidad del Principado: el Circuito de Teatro. Es remarcable la circunstancia de que existe una Escuela Superior de Arte Dramático que forma -sobremanera- actores. Y ahora en el sector se preguntan: "¿Para qué?".

La consejería de Cultura considera que debe de matar el Circuito porque existe una ley que así lo obliga. Se trata de la ley de Contratos del Sector Público. Esta ley, que entró en vigor el pasado mes de marzo, se diseñó para "lograr una mayor transparencia en la contratación pública, y en segundo lugar, el de conseguir una mejor relación calidad-precio". A esto se atiene Vicente Domínguez. A lo que no acude -y así se lo han señalado varios programadores y la federación de compañías- es al artículo 168.2 de esa misma ley, el de las excepciones:"Cuando las obras, los suministros o los servicios solo puedan ser encomendados a un empresario determinado, por alguna de las siguientes razones: que el contrato tenga por objeto la creación o adquisición de una obra de arte o representación artística única no integrante del Patrimonio Histórico Español..." Es decir, las representaciones de las obras de teatro, según el criterio de los programadores y de la patronal del sector, no tiene que estar sujeta a esta ley. El Principado, sin embargo, sostiene que sí. "Nos dijo que eran cuestiones de los servicios jurídicos o técnicos", apostilla Alija. "¿Quién marca la política escénica en Asturias? ¿Los técnicos o el Gobierno?", se pregunta indignado Jorge Moreno.

Según las explicaciones que Domínguez dio en el último plenario del Circuito: no es posible seguir manteniéndolo porque el Principado sólo puede contratar sin publicidad hasta 15.000 euros más IVA. Y esa cifra la alcanzan y superan las compañías que más trabajan, es decir, las que más giran. "Penalizan a quien más trabaja", recalca Moreno. Siguiendo las normas del Circuito, el Principado paga varias veces el mismo espectáculo, pero los ayuntamientos no, los ayuntamientos sólo una vez. ¿Qué hace el Principado entonces? Desmonta el sistema. Y no le duelen prendas. "Considera que el teatro no es un bien social. Si somos un bien social en Avilés, también lo seremos en Asturias. ¿No?", se pregunta Alija. ¿Cómo se quedan los ayuntamientos? Desarmados los más pequeños (tienen que reservar el doble de dinero para lo mismo, aunque luego venga la subvención). Los otros, a medio gas. Y todos, alejados de las producciones asturianas profesionales.

El Principado sostiene que desmontar el Circuito no tiene mayor problema porque "no existía jurídicamente". Y eso es cierto, pero tiene página web, logotipo y convoca reuniones periódicas con los programadores. El Principado nunca ha financiado con una partida clara al teatro (en el último presupuesto, a través de una partida de gasto corriente de promoción cultural). Se acabó el Circuito. ¿Hay solución? En Otras autonomías la han encontrado. "En Andalucía lo han hecho a través de convenios entre administraciones públicas, es decir, la Junta y los municipios", apunta Etelvino Vázquez. Luis Alija propone que la Federación de Concejos cobre protagonismo en el asunto para que la Asturias de las villa no se quede si teatro. Otra opción es que el Circuito quede en manos de una agencia (la asturiana es Recrea). "Así se gestiona el programa Platea del Ministerio de Cultura", señala un programador. "Sólo hay que tener voluntad política", concluye Luis Alija.

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