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Pintora

Elena Rato: "Una persona me dijo: 'Eres una repipi con toque macarra' y me gustó, porque soy de opuestos"

"Los recortes en Educación llegaron antes que la crisis al arte, y quedé sin trabajo ni galerista, pero me vino bien para pintar"

La pintora Elena Rato, en su estudio de Noreña. MIKI LÓPEZ

La pintora Elena Rato (Noreña, 1979) se siente plena por su madurez vital y artística. "Vivo la vida y dejo que la vida me viva".

- ¿Sin bajones?

-"De artista", dice mi madre. Después de una exposición o de la presión por entregar obras en las que has puesto toda la energía, quedo desinflada, como después de un examen, pero dura poco.

- ¿Le pesa la idea de los 40?

-Me lo puso presente mi pandilla de toda la vida. Somos cinco, un grupo muy heterogéneo, pero nos entendemos muy bien.

- ¿Cómo de heterogéneas?

-De cinco, dos tienen hijas. Todas estudiaron en Asturias, menos yo, y cuando volví, una se fue a Londres y otra a Madrid. Ahora, una que estaba en Madrid vuelve a Noreña, precisamente por su maternidad. Seremos cuatro en Noreña. Todas tienen trabajos relevantes, relacionados con la economía, la dirección de empresa... una está de creativa en el mundo audiovisual.

- ¿Desde cuándo se conocen?

-Desde los 3 años, en las monjas hasta octavo de EGB, y luego en el instituto, donde ahora doy clase de Educación Plástica Visual y Audiovisual.

- Lleva 11 años de profesora.

-Durante cuatro dejé de dar clase. Los recortes en Educación llegaron antes que la crisis al mercado del arte. Me metí plenamente a pintar y fue cuando me fichó la galería de Miami The Americas Collection. La crisis me vino bien, aunque perdí a mi galerista y se acabó exponer y venderlo todo.

- ¿Le iba tan bien?

-Es que salí de la Facultad de Bellas Artes y me seleccionaron en la Muestra de Artes Plásticas del Principado. En lo que creía que iba a ser un año de transición saqué el Certificado de Aptitud Pedagógica, el carné de conducir, vi que tenía dónde pintar, vivir mejor, me llamó la galería Altamira de Gijón y fui enlazando de una manera muy fluida.

- ¿Su carrera se parece a lo que imaginaba?

-Se va pareciendo. En la Facultad no te preparan para saber en qué consiste una carrera artística. No soy muy analítica de pros y contras. Me lanzo para bien y para mal. Me dejo llevar.

- ¿Su familia es creativa?

-Mi abuelo Manolo valía para todo, hacía de veterinario, ponía inyecciones, hacía unes madreñes o un xugu y cantaba y bailaba. A mi padre, José Antonio, le gustaron la dramaturgia y el cine. El abuelo de mi madre, Maximiano Tascón, de Valverdín (León), se fue con 18 años a Cuba y luego a Nueva York. Volvió, se casó con mi abuela, 18 años más joven, y tuvieron catorce hijos. Leía "The New York Times".

- ¿Y su hermana?

-Inés, que hizo Biología y lleva el negocio familiar, tiene una faceta creativa que aplica al diseño y una visión espacial muy buena para la decoración.

El negocio familiar de los Rato es una relojería y joyería de Noreña, en la que también trabajaba Isabel, la madre. Eso hizo que Elena y su hermana, 5 años mayor, hicieran todo juntas: "Es mi mejor amiga y mi confidente".

- ¿De niña se divertía con lápiz y papel?

-Siempre. Fui una estudiante responsable, que no concebía no hacer lo que tenía que hacer. A los 12 años empecé a pintar al óleo con Pilar Viejo y me vino muy bien porque en la Facultad no enseñan la técnica. No me gustaban las láminas que había allí y elegí llevar las mías, incluida una de Rembrant. No hice Bachiller Artístico por desconocimiento. Veía exposiciones en Oviedo y en Gijón. Dudaba entre Arquitectura y Bellas Artes.

- ¿Quién le sacó de la duda?

-Rafa, mi profesor de Dibujo en el instituto, con el que hice el CAP y del que uso su manera de hacer. Me dijo que eligiera Bellas Artes. Fui a Salamanca.

- ¿Cuándo empezó a hacerse preguntas de artista?

-A finales del tercer curso hice mi primera obra personal en casa y obtuve una mención honorífica en los premios "San Marcos", en los que los seleccionados y ganadores solían ser de quinto o licenciados. En quinto de carrera fui a Valencia con una beca "Séneca" y encontré un espíritu más crítico en el alumnado y un profesorado más involucrado.

- ¿Cómo llevó su familia a la hija artística?

-Fue muy alentadora. Al volver a Noreña ya no había un curso por delante y tenía que crear un camino. La gente me preguntaba en qué trabajaba y durante los años que no di clase me parecía que decir "yo pinto" no se entendía. Mis padres me decían: "Tú trabajas pintando". Mi familia funciona bien.

- Hay cambios fuertes en su obra.

-Me lleva el trabajo, probar otras cosas. Compaginaba "las marañas", elementos negros que se extienden por la pared y rompen los límites del lienzo, con "los vestigios" y "las mixturas". También, naturalmente, empecé a superponer las series. Empecé con la gestualidad del expresionismo abstracto y después fui encorsetándolo. Hablaron de mi "gestualidad contenida". Y me gusta.

- ¿Le gusta la contención o romperla?

-El diálogo de opuestos. Mi obra está hecha con fuerza, pero con mesura. Una persona me dijo: "Eres una repipi con toque macarra" y me gustó.

- Su lado macarra en la vida.

-Haber hecho siempre lo que me gusta hacer. Lo contenido es haberlo hecho como se debe.

- ¿Qué planes tiene?

-Moverme. Cuando salgo vuelvo pronto. El año pasado estuve becada un mes por el Museo de la Universidad de Alicante. No descarto dejar la docencia por temporadas. Soy interina a media jornada para que la enseñanza no me robe toda la energía.

- ¿Le gusta dar clase?

-La docencia me enganchó, no lo hago sólo por el sueldo y las vacaciones. Me gusta el contacto con las nuevas generaciones, aunque los de 12 años pierden la inocencia cada vez antes y a los de 16 les cuesta cada vez más cambiar a mi asignatura desde un sistema que es más memorístico y de estudio. En bachilleratos artísticos fue mejor.

- Más planes.

-Aunque no la busque activamente, una estabilidad en pareja.

- ¿Por qué no la ha hallado?

-He tenido momentos estables hasta que dejaron de serlo. Quizás ahora oiga el reloj biológico. Siempre pensé que sería madre, pero antepuse la carrera artística.

Ha ganado un accésit en Algemesí (Valencia), acaba de enviar una obra Pop Stram a una fundación de Barcelona interesada en ese estilo. Tiene cuadro en la exposición de "Obra abierta", un relevante Premio Internacional de Artes Plásticas. Prepara obra para la ferias Art Madrid y Art Marbella y para primavera expondrá en Arancha Osoro, de Oviedo.

- ¿Vive del arte?

-Más bien del sueldo, aunque noto un repunte. Soy autónoma y lo compagino.

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