Nieto e hijo de pintores conocidos, al avilesino Favila González le gusta la libertad de su propio camino. Una querencia con la que ha alumbrado su primera exposición importante, "Crescendo". La muestra se inaugurará mañana en la sala de exposiciones de la Fundación Alvargonzález, en el barrio gijonés de Cimadevilla. Una veintena de acrílicos sobre lienzo y tablilla de madera en la que el artista da curso a sus "dos pasiones", como él mismo afirma, la pintura y la música.

"Son retratos de algunos de los más conocidos músicos de jazz; los colores tienen relación con el tipo de música que toca cada uno de ellos y también con sus improvisaciones", afirma el pintor. Figuración y una paleta cromática que quiere enlazar con las creaciones de cada uno de esos intérpretes.

Favila González, estudiante de Bellas Artes y Arquitectura, tiene 26 años y puede afirmarse, sin incurrir en hipérbole, que nació entre paletas, tubos de óleos, trementinas y pinceles. Así lo recuerda el joven pintor: "Lo he visto siempre como algo normal; mi abuelo pintaba y mi padre también, así que sigo una tradición familiar". Su progenitor es Favila, o sea, Amado González Hevia, moscón de 1954 que ha compaginado la creación -una notable obra pictórica y escultórica- con la enseñanza en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés.

"Me ha dejado crecer siempre y no ha querido entrometerse en lo que pinto; de lo que sí me habla es de las bases del oficio, pero en lo demás he tenido libertad total", explica Favila González. El pintor, que el pasado septiembre fue uno de los finalistas del premio de pintura "Picos de Europa", ha expuesto hasta la fecha en algunos bares o restaurantes. De ahí la curiosidad entre los aficionados por ver esta primera exposición de un autor que llega con ganas de quedarse. Un joven que trae el amor al arte en su ADN.