Hay algunas ocasiones que la publicidad puede generar expectativas que a lo mejor el anunciante no puede llegar a completar y eso es algo de lo que hace días le pasó a la cadena de hamburgueserías más conocida de todo el mundo. Los responsables de marketing se hicieron eco de una campaña a nivel mundial y colgaron una foto de una mochila. No era más que una “ficción publicitaria” pero el objeto (que en el fondo imitaba la caja en la que esta cadena envuelve los menús infantiles), conquistó a los seguidores de la página de la cadena de comida rápida y consiguió que muchos pidieran la mochila. “Sería ideal para mi nieto”, llegaba a decir una mujer. El caso es que la empresa tuvo que aclarar lo sucedido.

“Es sólo una ficción publicitaria no están a la venta ni lo van a estar”, aseguraron desde la firma haciendo hincapié en que eso no quería decir (dada la gran cantidad de peticiones que tuvieron) que en un futuro no se pueda poner a la venta o se pueda regalar una mochila similar.

El caso es que cada vez más cadenas de alimentación y de comida rápida utilizan las redes sociales para llegar a sus clientes. Se trata de utilizar un lenguaje más cercano e incluso personalizado pero toda nueva apuesta tiene un riesgo. En no pocas ocasiones estas redes sociales (sobre todo las que intentan promocionar productos de las grandes cadenas) se llenan de comentarios negativos de clientes que no han quedado satisfecho con el trato o que ponen en valor el escaso nivel nutricional que pueden llegar a tener los menús de estos restaurantes que a veces (en este enlace te lo contamos) tienen hasta que retirar algunos anuncios polémicos.

Pero los locales tradicionales tampoco están a salvo de esta “mala prensa”. Internet es bidireccional y muchos están sufriendo en sus propias carnes el aumento de las páginas de opiniones de clientes en las que todo el mundo es libre de poner en negro sobre blanco lo que se le ocurra sobre un restaurante. Lo malo (señalan muchos dueños de establecimientos) es que esa mala opinión la pueden poner hayan estado o no hayan estado en el restaurante en cuestión. Siempre puede ser, y de eso no está exento nadie, alguien que “vaya” de parte de tu competencia y que te deje una opinión injusta o poco fundamentada. Algo contra lo que estas webs también intentan luchar poniendo sus propios filtros a la hora de permitir que se dejen opiniones negativas.