La imagen ha dado la vuelta al mundo y la verdad que no es para menos. La historia la ha recogido hasta la BBC inglesa. Y es que seguro que muchos han tenido el temor de que les pasase lo mismo que le pasó a una mujer australiana que esta semana aseguró que una serpiente le mordió el trasero mientras estaba sentada en el baño. La víctima, de 59 años, se encuentra bien. La serpiente no era venenosa pero el susto sigue en su cuerpo.

El reptil, una pitón de metro y medio, atacó a la mujer el pasado martes. El encargado de recoger al animal aseguró en declaraciones a los periódicos y a las televisiones inglesas que es algo normal que este tipo de reptiles se cuelen en el agua caliente. “Salté con mis pantalones bajados y me di la vuelta y lo vi”, confesó la mujer afectada por la mordedura a The Courier Mail. Al parecer la mujer no se había fijado que la serpiente estaba en la taza cuando se sentó. Y esa fue la razón que hizo que el animal atacara.

“Se le cerró la vía de paso y de salida, el reptil se asustó y atacó”, relató en conversación con la BBC inglesa el cuidador encargado de sacar el reptil de la zona con seguridad y de llevarse la serpiente a un lugar más apropiado. A pesar de que la mordedura no era venenosa la mujer fue trasladada a un centro médico para ser atendida de la mordedura. Ye s que los expertos en este tipo de fauna insisten una y otra vez en la necesidad de contar con un profesional o de alertar a las autoridades en caso de que nos encontremos con una serpiente sea cual sea su tipo o su tamaño. El desconocimiento a la hora de enfrentarnos a estos reptiles puede poner en peligro a mucha gente por lo que es conveniente ir sobre seguro. (Otras como las víboras son más peligrosas).

Se cree que en este caso la australiana decidió cerrar la tapa de la taza y alertar por teléfono a las autoridades de lo que había sucedido para que se hicieran cargo del animal. Lo que está claro es que esta mujer no va a poder ir al baño de la misma manera al menos durante los próximos años.