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El último enigma de Nela Arias-Misson

Los restos de la misteriosa pintora, de raíces asturianas, descansan en el cementerio de Molleda (Corvera) desde su fallecimiento en 2015

Nela Arias-Misson, en una galería estadounidense, en 1960. M.V. Biancardi

"Nela Arias-Misson ha sido una alumna mía fuera de serie, una artista notable, dotada de una alta integridad y de una fina sensibilidad". Así definía Hans Hofmann, el maestro del expresionismo abstracto, la capacidad y el talento de la pintora cubana, de origen asturiano, Nela Arias-Misson. Una mujer enigmática, libre e independiente en su arte y en su vida, cuyos restos descansan, por voluntad propia, en el cementerio parroquial de San Esteban de Molleda, en Corvera. La tierra de su familia.

La figura de Nela Arias-Misson cobra nueva actualidad por la exposición "Joan Brossa y Alain Arias-Misson. De la poesía a la palabra; de la palabra a la calle", inaugurada este viernes en el Centro Niemeyer de Avilés.

Alain Arias-Misson fue el tercer marido de la artista. Cuando se conocieron, a principios de la década de 1960, Nela Arias tenía 39 años y una hija, fruto de su matrimonio con Willis Hesser Bird. Alain Misson rondaba la veintena, pero la diferencia de edad no frenó a la pareja, que se casó en 1963 y fusionó sus apellidos con un guion.

Por aquella época, Nela Arias-Misson ya era una pintora reconocida en los círculos artísticos norteamericanos, pese a que su origen era cubano. La futura artista nació en La Habana el día de la Virgen de Covadonga de 1915. Sus padres eran Amadeo Arias y Sira García, dos asturianos que poseían una plantación de tabaco en la isla caribeña. Pero nunca perdieron de vista sus raíces corveranas, como reveló Alain Arias-Misson, en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA: "Vine aquí con ella porque su conexión con esta tierra, con Molleda, era muy fuerte: aquí estaba su infancia".

Su primer maestro fue el pintor y caricaturista cubano Armando Maribona. Pero su talento permaneció latente hasta 1941, cuando se casó con Willis Hesser Bird y se trasladó a Estados Unidos. Allí fue tutelada primero por Leo Lentelli y después por Hans Hofmann, lo que le permitió desarrollar todo su potencial. Entre medias, se divorció de Bird y contrajo matrimonio con Sidney Kraft, abogado. Duraron juntos siete años.

Cuando Nela conoció a Alain Misson, ya era una artista reconocida. Al menos, todo lo reconocida que podía ser una mujer. Se codeaba con artistas como Jackson Pollock, Willem de Kooning, Robert Motherwell y Mark Rothko, aunque su nombre está desterrado de los libros de historia del arte, en los que sus coetáneos figuran como creadores destacados de su época.

Instalada en España, la artista protagonizó algunas exposiciones. En una de estas muestras, presentada en la madrileña galería Cultart en 1970, se promocionaba a la artista como "pintor asturiano-norteamericano". En folleto de la exposición, Ignacio Gómez de Liaño, reflexionaba en estos términos sobre la obra de Nela Arias-Misson: "En su pintura, como si se tratara de un 'medium', hallamos dos mundos: por un lado el de lo inmediatamente comprendido, el de lo ambiguamente real; más allá ese otro donde las apariencias concretan la geografía del mundo imaginario que Nela nos propone".

Finiquitado su matrimonio con Alain, y retornada a Estados Unidos, Nela Arias-Misson se sumergió en un discreto silencio. La muerte la alcanzó en 2015 en Miami, próxima a cumplir la centena. Su último deseo: que sus restos reposasen en el cementerio de San Esteban de Molleda, en su querida tierra asturiana, junto a los de su familia. Y allí están, en un nicho discreto y humilde, cuya lápida informa que en ese lugar tranquilo descansa Nela Arias-Misson, pintora.

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