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Al calor de la gaita y la mejor tonada

El Filarmónica responde con aplausos a una buena sesión de folclore que culminó con la actuación del campeón Celestino Rozada

Sobre estas líneas, Rubén Barredo, en plena actuación. A la derecha, Celestino Rozada Tamés. IRMA COLLÍN

La nieve del Aramo y la sal que proliferaba por las calles de Oviedo constataban ayer el paso del la tormenta "Helena" por Asturias. Pero más allá de eso, la ciudad disfrutó de una mañana agradable. Y si había algún rastro de frío, los mejores intérpretes de gaita y tonada que actuaron en el teatro Filarmónica, en la séptima jornada eliminatoria de la vigésima séptima edición del concurso y muestra de folclore "Ciudad de Oviedo" -que organizan el Ayuntamiento y LA NUEVA ESPAÑA- se encargaron de desterrarlo con una sólida actuación que culminó con la esperada presentación del multicampeón Celestino Rozada Tamés.

El temporal dejó su huella en el programa: Sergio Méndez Rubio, participante en la modalidad de tonada juvenil, no pudo acudir a Oviedo desde su casa en Besullo (Cangas del Narcea), donde cayó nieve en abundancia. La organización anunció que el rapaz será reubicado en el programa de la próxima jornada. Aunque el público del certamen siempre recibe con agrado a los nuevos valores de la tonada, esta ausencia no impidió que los numerosos asistentes a la matinal disfrutasen de un programa completo y variado.

Abrió fuego Rubén Barredo, en la modalidad de tonada masculina, con "De alpargates y orbayando". De voz profunda y versátil, el maliayés estuvo fino a capela y con la gaita del Pravianu a su diestra. Tras él, actuó Marta Martínez Grande, tonada femenina, que lució su hermosa voz.

La gaita tuvo un notable protagonismo en la jornada. El tercer concursante en liza fue el gaitero Diego Fernández, que presentó credenciales a hacerse con un pasaje para Lorient con "El saltón" y la "Muñeira de Barganaz". Poco después actuarían Xermán Álvarez Castañón y Rubén Suárez en la modalidad de pareja de gaita y tambor, demostrando su complicidad y una coordinación que sólo se logra tras mucho vuelo compartido. Entre medias, actuó otro intérprete de tonada masculina, Juan Manuel Fernández, de Grado, que completó una sólida actuación y lució una voz bien plantada.

El público, cada vez más entonado, aplaudió con especial énfasis las dos últimas actuaciones previas al descanso. Andrea Alonso Palacio y Juan Manuel Martín Caso refrendaron el idilio del público del Filarmónica con la modalidad de canción dialogada, afortunadamente recuperada en la edición anterior. Cerró la primera parte del programa. Manuel López Menéndez, de Cangas del Narcea, quien se ganó la ovación del público con una sólida interpretación de "Sentí cantar un malvís" y "Años 60", esta última junto a la gaita de Vicente Prado, "el Pravianu".

Tras la pausa, llegó el colofón. la Bandina "La Garrapiella" entonó al público con su frescura y su desparpajo, ofreciendo una muestra de gran nivel. Tras ellos actuó el gaitero Diego Lobo, el segundo en liza de la matinal, que lució una gran fluidez al interpretar la "Muñeira de Barganaz" y la "Xota de Centro".

El colofón tendría forma de tonada. Primero, en femenino, con la actuación de Liliana Castañón, decidida a reeditar su triunfo de 2017. Y después, con el multicampeón de los varones, Celestino Rozada Tamés, que una vez más, y ya son incontables, se ganó la ovación del Filarmónica con su voz potente e irrepetible.

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