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Los años del "rock zapatillero"

Un libro recupera la historia de los grupos protagonistas de la escena "hardcore" en Asturias, desde los 80 hasta hoy

"Escuela de Odio", en una imagen promocional. LNE

El "hardcore", una evolución acelerada del punk surgida en Estados Unidos en la década de los ochenta, es una escena minoritaria en Asturias. Pero no tanto como para generar material para un libro de 566 páginas, con cd añadido. Eso es "Sin miedo a ensuciarse", un volumen editado por Norte Sur Records y que se presentará hoy a las 20.00 horas en la tienda de discos Alta Fidelidad (calle Otero, 6. Oviedo). Este voluminoso trabajo escrito por Miguel Asturias se remonta a los años 80, a la llegada del hardcore al Principado, y llega hasta nuestros días.

Lo primero es definir el sonido hardcore. "Es heredero del punk pero es más rápido y contundente", dice el autor del libro. Miguel Asturias explica además que también cambiaba el mensaje. "Mientras el punk es autodestructivo, el hardcore incorpora un mensaje más positivo", indica Miguel Asturias, que formó parte de "Intolerance", uno de los grupos de hardcore asturianos de aquella época.

Asturias, como siempre, tiene sus peculiaridades. En lugares como Madrid, Barcelona o el País Vasco el camino natural fue pasar del punk al hardcore. Aquí no fue así. En Asturias apenas hubo punk, con lo cual esos ritmos acelerados y contundentes empezaron a sonar en los círculos del trashmetal. La primera escena se creó en Gijón pero con los años los que la integraban, aquellos que se sentían pioneros, descubrieron que a mediados de los años 80 había gente haciendo lo mismo en Oviedo, Avilés o las Cuencas.

Fueron inicios "durillos", reconoce el autor del libro. "Si en el mundo de la música nadie quiere tenerte de vecino ni organizar conciertos, es mucho peor en el hardcore, que se asocia a algo que no es", explica. Así que se buscaron la vida organizando bolos, haciendo programas de radio y publicando fancines. Todo de modo artesanal.

La cosa fue creciendo en los 90. Asturias se empezaba a abrir a la música y al hardcore empezó a acercarse gente de otras escenas, principalmente el skate y el Xixón Sound. La Casa Sindical de Gijón era su casa y nacieron un par de sellos discográficos y un par de festivales como el "Non Kaos". Todo eso se va contando en el libro a través de decenas de entrevistas de las personas que protagonizaron aquellos años, principalmente músicos.

Gente que fue, poco a poco, transmitiendo boca a boca lo que estaba ocurriendo y que logró que la escena se fuese abriendo, hasta un punto que a Asturias llegaron los grandes grupos internacionales. Por aquí anduvieron en aquellos finales de los 90 y los primeros años del siglo XXI bandas "Green Day", "Nofx" o "Fugazi".

Asturias se abría al mundo al mismo tiempo que la escena local se cerraba. Mucha gente se arrimó a aquel "rock zapatillero" por figurar, por parecer un poco macarra. Pero ahí siguen bandas como "Posession" o "Escuela de odio", enseñas del hardcore patrio.

Al final Miguel Asturias saca una conclusión, después de hablar con decenas de compañeros de garitos y escenario. Todos están "orgullosos" de lo que hicieron, y ya con el paso y el poso del tiempo creen que "mereció la pena". Que siga sonando fuerte.

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