A los ocho años su abuelo, natural de Pravia, se enamoró de un violín y decidió construir uno. Trozos de madera, suelas de bota y otros materiales de desecho fueron sus materias primas. Hoy, dos generaciones después, su nieto, Fernando Solar Soriano (Madrid, 1980), sigue al frente del taller de lutería que creó su abuelo y cierra el círculo al crear, nuevamente a partir de materiales de desecho, los instrumentos de "La orquesta del reciclaje", que actúa el fin de semana del 23 y 24 de febrero en el teatro de La Laboral, dentro del congreso medioambiental Glackma.
- ¿Qué se va a encontrar el público?
-Una orquesta un poco especial. Los chicos que van a tocar tienen pocos recursos y la particularidad de sus instrumentos es que están realizados con materiales reciclados. Forman parte del proyecto social "La música del reciclaje". Les enseñamos música para que puedan tener oportunidades dentro de este mundo pero, a la vez, también damos una oportunidad a esos materiales que normalmente desechamos.
- ¿Cómo es tocar con instrumentos reciclados?
-Intentamos asemejarlo a los instrumentos tradicionales, pero conlleva sus dificultades: son instrumentos que proyectan menos o que tienen su propio timbre.
- Les enseñan música pero aprenden mucho más que eso.
-Sí, están aprendiendo valores. En el mundo de la música, en una orquesta, tiene que haber compañerismo, remar todos hacia el mismo lado, porque lo importante no es la individualidad sino el colectivo. Encuentran un hueco donde los problemas a los que se enfrentan a diario, que son muy difíciles, se olvidan. Se les ve disfrutar y ser felices. Eso es lo que llena. Y, a la vez, les enseñamos una cultura del reciclaje.
- ¿Qué tiene que aprender la sociedad?
-Que si no cuidamos un poco el planeta, nos lo vamos a terminar cargando y futuras generaciones van a heredar un mundo lleno de residuos.
- ¿Cómo es el proceso de creación de estos instrumentos?
-Muy imaginativo. Y de ello tienen gran parte de culpa los niños, que son quienes más imaginación tienen. Ven cosas que nosotros no, porque al hacernos mayores nuestra mente tiende más a lo coherente.
- ¿Qué sueño musical les queda por cumplir?
-El sueño es seguir avanzado y que la ilusión nunca se termine. También que cada vez más niños puedan beneficiarse de este proyecto y que los niños que están realmente tengan esa oportunidad, que no se les borre la sonrisa. Lo bonito es seguir avanzando, hacer música y seguir divirtiéndonos.
