Sombras y marionetas acompañan a la humanidad en su largo viaje a través del tiempo. Una relación milenaria que se documenta, desde la belleza y el rigor, en "De la caverna al cine: un viaje por el mundo de los títeres". Un título exacto el de esta exposición que se inauguró ayer en el Centro Antiguo Instituto, en Gijón, dentro de la Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas (Feten). Y es que el recorrido que propone la muestra va desde nuestros antepasados de la cueva paleolítica del Castillo, en Cantabria, a las linternas mágicas o los teatrillos actuales. Una tradición incólume, universal, que la compañía andaluza "Títeres Etcétera" -organizadora de esta muestra- ha ido convirtiendo en ejemplar objeto de una colección que inició su director, Enrique Lanz.

La muestra que estará en Gijón hasta el próximo viernes e incluye visitas guiadas, reúne unos 400 objetos relacionados con el mundo de los títeres. Es la mitad de la colección de "Títeres Etcétera". La compañía se fundó en 1981 y estuvo en la primera edición de Fetén, diez años más tarde. Y con un espectáculo de marionetas, "Trans", cuyo teatrillo podemos ver también en el Antiguo Instituto. Un reencuentro especial. "Teníamos ese gran sueño de volver a Feten", dijo Yanisbel Martínez.

Sus explicaciones son una buena entrada a este reino sin fronteras de los títeres y las sombras, de las máscaras y los artilugios que están en la prehistoria del cine. De Nigeria o Mali a Indonesia; de los teatros de sombras de Tailandia, Camboya o India, al teatro de sombras que los turcos llevaron por su imperio con piezas hechas con piel de camello.

Conviene atender con detalle a las maravillas que incluye "De la caverna al cine". Hay, por ejemplo, un teatrillo indonesio con todas sus piezas: el baúl, la pantalla, las siluetas... Y títeres de la República Checa, de Bélgica o Italia. Títeres que se mueven desde arriba y los que se manipulan desde abajo. Hay que ver, con el cuidado que merecen, las tres marionetas venecianas del siglo XVIII; los títeres de guante y los de varilla. Atender a la historia del guiñol y de su creador, Laurent Muguet, que quiso contar a través de ese personaje historias de la clase obrera. Títeres críticos y de la gran opera china. Y de Vietnam. Y el que Yanisbel Martínez tiene por la "joya de la corona" de este enjoyado reino: un títere japonés del siglo XIX. Una pieza rara, de coleccionista exquisito.