Santa María del Naranco, el edificio más emblemático del Prerrománico asturiano, tiene pendiente de ejecución, desde hace tres años, un proyecto de obras de conservación y mantenimiento encargado por la Dirección General de Patrimonio Cultural al arquitecto Manuel García. Los 5.989 euros que el Principado gastó en la redacción del documento no han servido para nada, al menos hasta ahora. Nada se ha sabido del proyecto hasta la presentación del Libro Blanco del Prerrománico, esta misma semana, en la que aparece citado. En 33 años, desde 1986 hasta la actualidad, la inversión en Santa María del Naranco no ha llegado, ni de lejos, al millón de euros, según recoge el mismo documento; exactamente ha sido de 621.176 euros.
Uno de los problemas más graves de Santa María es el agua que, en la época de lluvias, rebosa sobre la puerta orientada al norte e inunda la sala central de la planta baja, filtrándose a los muros. El proyecto de obra encomendado por Patrimonio a Manuel García tenía como finalidad principal subsanar esa deficiencia.
Los últimos trabajos de conservación llevados a cabo en el monumento ovetense, imagen de la campaña turística del Principado desde hace décadas, datan de 2013 y fue una obra de pequeña cuantía, con un presupuesto de 13.176 euros, en el pavimento de la primera planta del edificio. En 2006 el arquitecto Fernando Nanclares había dirigido otra intervención en el edificio, que incluía, entre otras actuaciones, la impermeabilización de la cubierta y el retejado. Hasta la fecha, esa ha sido la más ambiciosa que se ha ejecutado en el monumento ovetense, con un presupuesto de 262.521 euros.
En 1997 se adecuó el entorno del monumento, una actuación que costó 151.274 euros y en 1986 se realizaron obras de restauración por 28.848 euros. Hubo una rehabilitación integral en 2004, que también afecto al entorno del edificio, por 65.277 euros. El resto del dinero invertido en el edificio, un palacio reconvertido en iglesia según los historiadores, se fue en direcciones de obra, estudios e informes.
El apartado que el Libro Blanco del Prerrománico dedica a Santa María del Naranco constata el buen estado general del edificio, aunque con algunas deficiencias a subsanar, y propone dos líneas principales de actuación, que son la reurbanización del entorno, sin entrar en mayor detalle, y la limpieza y el tratamiento de las superficies.
El informe promovido por la Dirección General de Patrimonio Cultural cita algunas zonas problemáticas. Se habla de deficiencias en el pavimento del mirador meridional, que necesitaría ser adecentado, retirando los cantos rodados que se acumulan en él y la vegetación que crece descontroladamente. En el piso superior, el pavimento del pórtico requiere una intervención radical: los redactores del Libro Blanco proponen que sea levantado y rehecho con materiales más dignos. Esa intervención también estaba contemplada en el proyecto de 2017.
Otra de las propuestas del Libro Blanco del Prerrománico es cambiar la carpintería de las puertas y las ventanas del edificio, para adecuar mejor su imagen a la que debió ser la original.
El Libro Blanco hace mención a una basa cuadrangular de columna, con una singular decoración que se guarda en la planta inferior de Santa María, idéntica a otra que custodia el Museo Arqueológico de Asturias. Los técnicos recomiendan trasladarla al mismo museo, junto a su gemela, y aconsejan retirar los centenares de sillares y fragmentos de mampostería, que proceden de las restauraciones llevadas a cabo en el mismo edificio y en San Miguel de Lillo. Esas piezas deberían ser inventariadas y custodiadas por los organismos competentes.
