La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El futuro del patrimonio más singular de Asturias

El camino del Prerrománico pasa por Palencia

La Fundación Santa María la Real ha transformado el Románico castellanoleonés en una fuente de riqueza cultural y económica, salvaguardando su gestión de los vaivenes políticos

Una vista nocturna de la iglesia de San Miguel de Lillo, en el monte Naranco de Oviedo. MIKI LÓPEZ

Dice Juan Carlos Prieto Vielba, director general de la Fundación Santa María la Real desde hace más de 14 años, que para él querría el reconocimiento internacional que el Prerrománico asturiano tiene en el mundo. Este arquitecto, ligado a la Fundación palentina desde que se creó en 1994 para gestionar y promover el Románico, cuenta que cada vez que sale fuera de España a hablar de su actividad tiene que empezar explicando dónde está Palencia. Eso no ocurre con el Prerrománico asturiano, observa.

No hay en el Románico castellanoleonés ningún monumento tan reconocible como Santa María de Naranco, a excepción quizás de San Martín de Frómista. "El Románico de Castilla y León y el Prerrománico asturiano se parecen, pero no son lo mismo; el asturiano es Patrimonio Mundial de la Humanidad desde hace muchísimos años, tiene escala internacional y está colocado en la agenda de los investigadores, el Románico no -hay dos mil edificios, por decir algo, y están muy dispersos-", señala. A pesar de esa desventaja, la Fundación Santa María la Real se ha convertido en una institución modélica del patrimonio, que ha sabido transformar en un generador de riqueza, cultural y económica, y en un elemento de cohesión social, al resguardo de vaivenes políticos.

La Fundación palentina se lo debe casi todo al empecinamiento de José María Pérez, Peridis, que en 1977 creó la Asociación de Amigos del Monasterio de Santa María la Real, ubicado en la localidad palentina de Aguilar de Campoo a la que el arquitecto y dibujante está vinculado desde su infancia. Uno de los méritos de Peridis fue la constancia: allá donde iba, por la razón que fuera, aprovechaba para hablar del Románico. Otros de sus talentos fue la capacidad de movilización, reclutando para su causa desde diputaciones y gobiernos locales hasta pequeñas parroquias y asociaciones vecinales, organizando fiestas, romerías y conciertos. Eso, junto a la falta absoluta de complejos a la hora de planificar el futuro y crecer, está en la base de su éxito. Peridis se apartó de la Fundación el verano pasado, para dar paso a los más jóvenes.

"La Fundación es un modelo de colaboración público-privada, sin ánimo de lucro aunque genere riqueza, que trasciende el interés de los gobiernos y las administraciones y que suma el compromiso social de todo un territorio", según el director general. En el patronato de Santa María la Real están, entre otros, la Consejería de Cultura y Turismo de Castilla y León, la Diputación de Palencia, el Ayuntamiento de Aguilar de Campoo, entidades bancarias, fundaciones de carácter cultural, la Universidad de Valladolid, el periódico "El Norte de Castilla", la empresa "Galletas Gullón" y la Cámara de Contratistas de Castilla y León. Entre sus colaboradores figuran Telefónica, Indra y Red Eléctrica, y por supuesto la Unión Europea. Prieto comenta que, al final, se trata de "una cuestión de confianza", que permite que la Fundación avance y gestione con independencia de las vicisitudes políticas.

Actualmente, Santa María la Real emplea a unos doscientos trabajadores. La previsión es que a final de año la plantilla llegue a 300. Maneja un presupuesto de 9,7 millones de euros, tiene más de siete millones de ingresos propios y sedes -además de en Palencia- en Madrid, Valladolid, Badajoz, Sevilla y Pontevedra. Investiga, ofrece consultoría, dispone de un servicio de publicaciones y tiene una clara vocación social y de compromiso con la comunidad: publica anualmente un estudio demográfico de la montaña palentina, promueve programas para mejorar la empleabilidad y tiene un centro de atención a personas mayores, con 96 plazas residenciales.

Tiene, además, un amplísimo programa de actividades culturales y de ocio, que incluye viajes por diversos lugares del mundo, de la Ribera del Duero a la Capadocia, guiados por historiadores; conciertos; talleres de fotografía o caligrafía y una marca de "Alojamientos con Historia".

Todo ello sin descuidar su razón de ser: la preservación del patrimonio y su conocimiento, a través de la investigación. Juan Carlos Prieto opina que "en cuestiones de patrimonio se suele ser demasiado conservador, y estamos en el siglo XXI. Las tecnologías de la información nos ofrecen unas herramientas extraordinarias. Medimos la contaminación de nuestras ciudades, sabemos si hay plaza libre en los aparcamientos públicos... ¡qué menos que vigilar nuestro patrimonio con las mismas herramientas! Saber si en un monumento se ha fundido una bombilla, si hay una gotera, si la temperatura o la humedad se han elevado...", explica.

La Fundación Santa María la Real ya tiene 50 edificios románicos monitorizados en tiempo real, con una tecnología desarrollada por sus propios técnicos en estos últimos once años y que ahora están exportando a otras ciudades, como Cáceres o Palma de Mallorca con Indra y Telefónica. En Ávila ya lo han puesto en marcha, con sensores por toda la muralla y en varios edificios históricos del interior, y también están trabajando con localidades de Francia y Portugal. "Somos la prueba del 9 de que el patrimonio genera riqueza", afirma. La Fundación está, a día de hoy, entre las diez industrias más importantes de una provincia que cuenta con una gran presencia del sector automovilístico y alimentario.

El modelo palentino "se puede replicar" y de hecho, el director de la Fundación subraya que "siempre nos hemos puesto a disposición de quien nos ha requerido". Juan Carlos Prieto cita a la Fundación Santa María de Albarracín, en Teruel, y la de la Catedral Santa María de Vitoria. Con Asturias también ha habido contactos, en concreto, según Prieto, con la Dirección General de Patrimonio Cultural y para tratar de la puesta en marcha de un sistema de monitorización similar al que ellos han desarrollado. "A todo el mundo le encanta, pero el problema es que las administraciones tienen poco presupuesto", comenta el director de Santa María.

Juan Carlos Prieto considera que "el dinero escasea pero al final acaba por aparecer; la base social es lo más difícil de conseguir. ¿Con quién cuentan en Asturias para hacer algo por el Prerrománico? No es fácil, no hablamos de dinero, se trata de valores".

Compartir el artículo

stats