El papa Francisco recordó ayer a los nueve seminaristas beatificados el sábado en Oviedo tras haber sido declarados mártires por ser asesinados en Asturias entre 1934 y 1937 por "odio de la fe" y les puso como ejemplo. El pontífice pidió que el "testimonio heroico (de ellos) ayude a seminaristas, sacerdotes y obispos a mantenerme limpios y generosos para servir fielmente al Señor y a su pueblo".

En Asturias siguieron ayer las celebraciones religiosa en torno a esta beatificación. Las nuevas tecnologías permitieron que la misa por los nueve beatos celebrada en Covadonga fuera seguida por decenas de personas en todo el mundo. A los numerosos fieles congregados en la basílica se sumaron aquellos que visualizaron la misa en directo a través del canal de "Youtube" del Santuario. Las nuevas cámaras instaladas en el interior del edificio dieron cuenta paralelamente tanto de la actuación de la Escolanía como de la eucaristía oficiada por el Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes.

El arzobispo agradeció la presencia entre el público tanto de los familiares de los beatos como de los nuevos seminaristas de la región. En su discurso, Montes abogó por poner fin a los odios surgidos en la revolución de octubre de 1934 y la guerra civil, en la que fueron asesinados los mártires ayer condecorados. "Como veis nosotros ni siquiera pronunciamos el nombre de sus verdugos, de sus enseñas y de sus conocidas siglas políticas", dijo. "Nuestro recuerdo es todavía más subversivo porque no nace del resentimiento ni pretende reescribir la historia para reabrir entre nosotros las heridas", aseveró. Sanz puso en valor el heroísmo de Ángel Cuartas, Mariano Suárez, Jesús Prieto, César Gonzalo, José María Fernández, Juan José Castañón, Manuel Olay, Sixto Alonso y Luis Prado, que a su juicio "fueron víctimas de la terrible confusión, la persecución enloquecida y la represión que en nombre de una extraña libertad terminó siendo liberticida".

El pasado 7 de noviembre el Papa Francisco proclamó la beatificación de todos ellos, que comenzó a tramitarse en 1990 y culminó el sábado en un acto que congregó a más de dos mil fieles en la catedral de Oviedo. En la misa de acción de gracias por los nuevos beatos que tuvo lugar ayer en Covadonga también participaron, entre otros, el abad del Real Sitio, Adolfo Mariño, que animó a "ser fieles en unos momentos de la historia en que se pretende apartar a Dios y ridiculizar a la Iglesia". El abad de Covadonga pidió además a los jóvenes que vivieran su fe "con valentía, sin avergonzarse y tomando el testigo de los nueve mártires, hijos de familias pobres y obreras fusilados cuando apenas contaban con entre 18 y 25 años de edad".