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Psicología infantil

Sobreprotección infantil: creando adultos "inútiles e infelices"

Establecer normas y límites a los niños es necesario para que aprendan a digerir la frustración y crecer en valores como el esfuerzo y la responsabilidad, advierten los psicólogos

Los niños deben aprender a equivocarse también. Shutterstock

Ser padre nunca ha sido fácil. Y con el deseo de no querer cometer los mismos errores que cometieron nuestros padres con nosotros, terminamos cometiendo los nuestros propios. Por eso, nunca está de más pedir una opinión profesional cuando nos sentimos perdidos. Entre todos los casos con los que la psicóloga educativa María Ángeles Hernández se encuentra en consulta, la mayor parte de los problemas radican en un modelo educativo erróneo. "Sus padres se basan en una educación muy permisiva, preocupados por que el que niño no sufra y que sea feliz. Piensan eso de vamos a dejarle, que ya crecerá y la vida le pondrá en su lugar, pero es un error", asegura Hernández.

Estos niños presentan una baja resistencia a la frustración, un sentimiento necesario para crecer y madurar. "Tienen todo y a cambio de nada. Eso hace que si yo estoy habituado a tenerlo todo y que todo sea como yo quiero, no voy a asimilar cuando en un momento determinado me digan que no o sienta que no puedo hacerlo", indica.

Además, no debemos olvidar que están creciendo en la sociedad del ultraconsumo. "No tienen las cosas racionadas, es decir, hoy una, mañana otra, sino que todo lo que quieren lo tienen, y aun con todo, cada vez van queriendo más y necesitando más. Es como si la felicidad se la dieran las cosas", reflexiona esta psicóloga. Sin embargo, ya colmados, pueden buscar nuevas sensaciones que les produzcan felicidad, lo que puede generar "conductas de riesgo", advierte.

Frecuentemente, esta saturación material trata de compensar una carencia afectiva por parte de los padres. "Los papás estamos muy ocupados y no tenemos un tiempo de calidad con nuestros hijos. Entonces les damos todo lo que quieren y todo lo que nos piden con tal de que sean felices y además estén entretenidos sin necesitar que estemos pendiente de ellos", lamenta Hernández.

Uno de los problemas es que los niños están acostumbrados a tener todo sin esfuerzo.Shutterstock

A medida que van creciendo, "buscan en el grupo de iguales esa 'familia' que no han tenido", prosigue esta experta. Llegados a la adolescencia, "la pandilla se puede convertir en un grupo de riesgo y verse involucrados en conductas inapropiadas con las que obtener protagonismo entre sus amigos, eso que no han tenido en la familia porque no han tenido unos padres que les hayan reconocido sus éxitos o hayan estado con ellos cuando han necesitado cariño".

No obstante, esta experta en psicología educativa subraya que no quiere culpabilizar a los padres, que "hacen las cosas lo mejor que saben o pueden". Por eso, indica, muchas veces, en lugar de trabajar con los niños, hay que trabajar primero con los padres y "hacerles ver que tienen que seguir un modelo de educación basado en la autoridad democrática", una filosofía de enseñanza que no debe confundirse en el autoritarismo. El tono autoritario de "porque yo lo digo, porque yo lo mando y porque además te castigo y no razono contigo" es tan malo como el sobreprotector, señala.

"Los padres deben seguir un modelo de educación basado en la autoridad democrática, no en el autoritarismo ni en la sobreprotección" - Mª Ángeles Hernández, psicóloga educativa

Porque tampoco es para nada aconsejable seguir el modelo de la sobreprotección. "En un primer momento, parece bueno, porque si a nuestro hijo le sobreprotejo y le hago todo, no le exponemos a ningún peligro y estamos tranquilos emocionalmente porque le llevamos al colegio, le traemos no le dejamos que cruce los pasos de cebra... Pero a la larga, ese niño, a medida que va creciendo, tiene problemas de autoestima. Se hace a la idea de que es un inútil, no se cree capaz, porque siempre tiene que haber un adulto que le haga las cosas", critica Hernández.

Por ello, es imprescindible fomentar que sean autónomos y responsables. "Para aprender a ser responsables tienen que tener responsabilidades. No vale eso de que con que estudie ya es bastante, no, tiene que ayudar y para ello hay que inculcarle desde pequeñito", asegura. A nivel académico han de hacer los deberes y preparar el material que necesitan para el día siguiente. A nivel personal deben organizar su agenda para saber qué plan tienen al día siguiente, por ejemplo. Y también a nivel familiar deben realizar tareas como recoger su habitación, poner la mesa o ayudar a hacer la compra.

Los problemas que no se han solucionado en la infancia pueden cronificarse en la adolescencia.Shutterstock

¿Debemos ser amigos de nuestros hijos?

Otro de sus consejos es que no debemos olvidar que somos el padre o la madre de nuestros hijos, no sus amigos. "Un amigo no le pone normas ni le dice lo que tiene que hacer", advierte Hernández. De esta forma se evitará la falta de respeto y los enfrentamientos con sus padres cuando quieran imponerles algo.

Los padres, explica, deben erigirse como la autoridad que les diga: "mira, yo soy aquí la persona de referencia adulta que pone unas normas y unos límites, que te cuento por qué son necesarios y los tienes que cumplir porque te hago comprender que toda conducta tiene una consecuencia, tanto buena como mala".

De esta forma, es aconsejable también reconocerles las cosas que hacen bien con nuestro cariño, consideración y refuerzo social y afectivo. Un premio que puede venir acompañado también, por qué no, de esa bicicleta que tanto querían y que antes les comprábamos a cambio de nada. "Así, pueden tener esas cosas al ver que tienen que hacer algo positivo para tenerlas", argumenta.

Educar al fin y al cabo no está exento de problemas, reconoce esta experta. "Cuando hay padres que dicen que no tienen ningún problema con su hijo en realidad no lo están educando porque educar es tener que estar continuamente echando pulsos con tu hijo porque tienes que poner normas, límites, educarles en que no todo vale, que no puede tener todo a cambio de nada, que tiene que esforzarse por conseguirlo y conformarse con lo que tiene", concluye.

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