"Era una persona muy especial, tan inteligente y con tanta sabiduría, que era un placer estar con él", cuenta el escultor franquino Herminio Álvarez sobre el artista canario Martín Chirino, uno de los fundadores del grupo "El Paso" y Premio Nacional de Artes Plásticas, fallecido el pasado lunes en Madrid a los 94 años de edad. Pese a que Chirino era asiduo visitante de Tapia de Casariego, donde veraneaba desde los años 70, su amistad con Herminio era más reciente, de hace menos de una década; sin embargo, ambos conectaron de inmediato.
La propia hija del escultor, Marta Chirino, en un acto celebrado el pasado agosto en La Caridad, dio cuenta de la admiración que su padre sentía por Herminio. "Siempre se queda asombrado con su obra", indicó entonces. De ahí que se empeñara en que las actividades que cada año desarrolla en España la Asociación Pro Centro de Cultura y Arte China-Occidente (CCACO), de la que Chirino es presidente de honor, tuvieran una parada especial en el taller de Herminio en La Caridad. El propio Chirino quiso estar presente en aquella ocasión, pero un problema médico le obligó a ingresar en el hospital y a cancelar su participación en el acto. Durante aquel ingreso, Herminio visitó a su amigo sin saber que sería la última vez que se verían las caras.
El artista franquino afirma que conocer a Chirino y haber disfrutado de su amistad "es una de las cosas importantes de su vida" y añade que se sentía "muy a gusto estando a su lado". "Era un intelectual en todos los sentidos y escucharlo era un placer", declara.
Herminio refiere que se conocieron en un acto cultural celebrado en As Quintas y que, cuando les presentaron, Chirino manifestó su interés por conocer el estudio del franquino. Le llevó de inmediato y desde entonces, cada verano, no faltaba una visita del canario al taller de La Caridad y la nave de Novales. "Tengo un coche muy viejo y a él le gustaba, quería que lo llevara yo", cuenta Herminio como anécdota. Allí, rodeados de las creaciones del franquino, pasaban horas disertando sobre arte: "Disfrutábamos mucho". También recibía ánimos del canario para el desarrollo de la sala de exposiciones de As Quintas: "Le parecía maravilloso el proyecto, muy interesante".
El franquino, que considera que el legado artístico de Chirino es "importantísimo", lamenta que durante todos sus años de vinculación a Asturias, especialmente al Occidente, la región no le hiciera ningún reconocimiento al genial artista.
Martín Chirino no perdonaba su visita a Tapia, no faltaba en verano y a veces hacía una segunda escapada en invierno. En una entrevista publicada en LA NUEVA ESPAÑA en el año 2011 explicaba que lo que más le gustaba de Tapia era "sentarme, mirar el mar, sentir la brisa y el tiempo de aquí, que me encanta". Sin embargo, en la capital del concejo, sus estancias pasaban desapercibidas porque llevaba una vida básicamente familiar. Eso sí, los que llegaron a tratarle lo definen como "una persona entrañable, cercana, natural y muy inteligente".
Era asiduo del restaurante San Antón y allí sienten especialmente su pérdida. "Le queríamos todos muchísimo y estamos apenados. Era una persona entrañable, de esas a las que coges cariño con poco que trates", manifestó ayer la responsable del negocio, Elisa González. Ella le describe como "encantador y cariñoso" una persona sencilla "que siempre tenía una sonrisa". Y como demostracion de su sencillez relata que uno de los platos favoritos de Chirino eran los fréjoles. "Le encantaban, siempre me preguntaba si tenía", comenta.
La alcaldesa de Tapia, Ana Vigón, declaró ayer que aunque no le conoció personalmente, agradece "el cariño que siempre mostró a Tapia". "Su fama universal nunca fue un obstáculo para que en Tapia se mostrara humilde, discreto, amable y expresando su sencilla bonhomía", añadió la regidora.
