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ALICIA GONZÁLEZ | Ciclista profesional

"El sacrificio se aprende, y hacer Biotecnología y ciclismo me obligó a ser organizada"

"Mi hermana Lucía y yo competimos, pero sin el morbo de ganar la una a la otra; siempre nos llevamos bien y nos prestamos la ropa"

Alicia González, en la calle de la Rúa de Oviedo. LUISMA MURIAS

Alicia González Blanco (Viella, Siero, 1995), ciclista con 21 oros en campeonatos de España, sexta en un campeonato de Europa sub-23, bronce en el Campeonato de España contrarreloj.

-Ahora estoy en casa después de una semana fuera en la que corrí tres carreras, dos en Bélgica y otra en la Toscana, en Italia, y volver siempre es bueno.

Vive en Viella con sus padres, su hermana, cinco años mayor, y sus abuelos, "porque ahora el abuelo no se vale por sí mismo". Su madre es enfermera; su hermana Lucía, ciclista y fisioterapeuta, y su padre trabajó en una fábrica de muebles y ahora tiene un empleo temporal.

-Terminé Biotecnología hace año y medio, quería probar un año sólo de bicicleta y la oferta del Movistar me vino de lujo.

- ¿A qué se puede dedicar una biotecnóloga?

-A investigación médica, nuevos fármacos, la industria alimentaria; agraria, para piensos, docencia, análisis clínicos.

- ¿Lo tenía claro?

-Cuando acabé Bachiller dudé si empezar Medicina, pero lo descarté porque en el instituto nos llevaron a un hospital, nos enseñaron un quirófano y no me gustó. Preferí un trabajo de bata, en laboratorio.

- ¿Gana más que si ejerciera su carrera?

-Sí. Ahora andaría con el máster y las prácticas de becaria.

- ¿Respecto a un ciclista varón?

-Hay mucha diferencia, aunque cada año mengua. En el pelotón femenino profesional también hay diferencias, pero el año próximo habrá salarios mínimos, seguros...

- ¿Su primera carrera?

-A los 4 años, con ruedín. Mis padres querían que hiciéramos un deporte para llevar una vida sana y en el colegio de Viella había actividades extraescolares de bicicleta, patinaje, pintura. Hice natación hasta los 14 años, pero se me daba mejor la bici, era al aire libre y prefería esa sensación de libertad. A las competiciones nos llevaban mi padre o mi madre, según el trabajo. A mi padre le gusta más la bici. Tiene un equipo femenino, en el que estuve hasta hace 6 años, dentro de la Escuela de Ciclismo Viella.

- ¿Compiten Lucía y usted?

-Hace dos años estábamos en el Lointek. Ahora está en el Bizcaia-Durango. No es un uno a uno, son equipos. Las dos somos muy competitivas -me gusta ganar hasta al parchís-, pero entre nosotras no tenemos el pique de ganar a tu hermana. Entrenamos juntas muchas veces.

- ¿Cómo se llevan?

-Muy bien. Nunca nos peleamos.

- ¿Se prestan la ropa?

-Sí, y es algo que no les pasa a algunas amigas. Yo soy la que la compra y a la que le gusta comprar, y ella, la que baja al armario y me roba.

- ¿Qué vida deportiva tiene una ciclista?

-Las hay con 36 años en el pelotón y la retirada se alarga. Mientras pueda vivir de ello y tenga ganas seguiré en la bici.

- ¿Aún disfruta rodando?

-Sí. El año pasado mi madre me preguntó si era feliz con esto y le contesté que mucho.

- ¿Por qué se lo preguntó?

-Había pasado de entrenar y estudiar a ser profesional, y es un cambio. Me veía llegar supercansada, estar tanto fuera de casa...

- ¿Cómo es su día a día?

-Entrenar, de dos a cinco horas, y recuperar, no estar muchas horas de pie. Muchos días entrenas con frío, lluvia o calor. Haces distancias largas y te puede caer una granizada... No puedes decir hoy no me apetece. Acabas reventada, pero quedan otros sacrificios.

- ¿Cuáles?

-Siempre fui de comer sano, pero desde el año pasado voy a un nutricionista para calcular mejor las cantidades y organizar la comida en función de las necesidades energéticas.

- ¿Era sacrificada antes?

-El sacrificio se aprende. Las circunstancias me obligaron a ser organizada. Estudié bien, pero la carrera me costó lo suyo porque tuve que compaginarla con los entrenamientos. Esta forma de vida me gusta.

- ¿No le apetece una juerga?

-No salgo de noche y, si lo hago, es en el mes de descanso. Me gusta ir al cine, aunque ahora con Netflix lo tienes en casa. No me gustan las películas de miedo. Leo libros de mi madre y mi tía, que son muy lectoras. Nunca fui fiestera.

- ¿Le gusta viajar?

-No me entusiasma. Los vuelos largos se me hacen pesados, pero la mayoría de las carreras son en Europa y nunca duran más de dos horas. Llegamos uno o dos días antes del día de carrera, pero conocemos poco. Si es una gran ciudad la vemos al día siguiente de la carrera si hay horas suficientes antes de tomar el avión. He volado por toda Europa. Fuera, sólo ha estado en Qatar. Pero tengo compañeras de Polonia, de Francia, de Colombia y por ellas conozco otras costumbres.

- ¿Qué corredora es?

-Estoy algo sin definir, pero me defiendo en todos los terrenos. No soy de puertos largos, pero en recorridos repecheros me defiendo bien y soy rápida. Esas características hacen que se me deje libertad cuando me va bien y, si no, ayudo a las líderes.

- ¿Hay un cuerpo para la bici?

-Las holandesas son altas y en España, casi todas somos pequeñas. Pero con esfuerzo todo se iguala. La ventaja de las holandesas es que son contrarrelojistas acostumbradas al viento, y a nosotras, si nos pega el aire, no sabemos por dónde andamos.

- ¿Tiene novio?

-Jonathan Lastra, ciclista profesional en el Caja Rural, de Bilbao. Lo conocí en competiciones y carreras y llevamos cinco años juntos. La bicicleta te da de todo.

- ¿Cuándo se ven?

-Pasamos las vacaciones juntos, aquí o allí, y también las concentraciones en junio, en Andorra o en Sierra Nevada, porque la altura te da estímulos. En invierno, buscando tiempo algo mejor para entrenar, bajamos a Calpe y a Benidorm.

- Problemas de ciclista en Asturias.

-Los arcenes están sucios, aunque suelen ser amplios y el tráfico es tranquilo. Aquí respetan al ciclista más que en Andalucía y Valencia, quizá porque hay más tradición. En el Norte te adelantan mejor que en el Sur.

- ¿Le da miedo?

-Sí. Mucha gente del pelotón sufrió atropellos y piensas "me puede tocar a mí", pero hay que convivir con ello.

- Asturias es una buena comunidad para el ciclismo, pero hay pocas ciclistas.

-Y pocos. Euskadi es algo más grande y tiene muchos niños en bici como actividad extraescolar.

- ¿Quiere vivir aquí?

-Sí, me gusta. No me veo en Madrid o Barcelona. En Bilbao o cualquier otro sitio del Norte, si me tengo que ir, sí.

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