Cuidar una mascota no es fácil. Tampoco es sencillo dejarla a alguien para que la vigile cuando tú estás lejos. Por eso muchos se fían sólo de su familia. Y eso es algo parecido a lo que le pasó a la hermana de un tuitero (@jordiiielias) que le dejó su perro para que se lo cuidara unos días a su familiar pero que antes le envió toda una serie de recomendaciones por Whastapp que han dado la vuelta a las redes sociales.

Las recomendaciones le llegaron al tuitero en cuestión en forma de cara escrita por el propio animal. "Te voy a contar un poquito de mi", empezaba la carta que la dueña del perro le envió a su hermano vía conversación de Whatsapp. "Necesito salir tres veces por día a hacer mis necesidades: a la mañana 20 minutos, a la tarde 20 minutos (aproximadamente ocho horas después de la salida), a la noche una vuelta a la manzana o hasta la esquina y volver o con 10 minutos máximo y ya estoy para aguantar toda la noche", explicaba "el animal".

"Cualquier duda puedes preguntarle a mi mamá. Lo ideal sería que no me den acceso a sillones ni camas si estoy sólo porque suelo tentarme fácil. No como nada de comida de humanos ni golosinas para perros porque me dan vómitos (tengo el estómago sensible)", explicaba en su carta en la que hacía hincapié también en sus "malos" hábitos: "suelo ladrar a las razas de perros bulldog (no entiendo su cara). Estoy acostumbrado a tener agua y comida todo el día y a comer cuando quiera". "Dicho todo esto, ¡gracias por cuidarme!", acababa la carta.

Lo cierto es que el momento de más tensión al que se enfrentan normalmente los propietarios de animales es cuando tienen que dejarlos de lado aunque sea unos días por un viaje o sencillamente por obligaciones normalmente laborales. En este sentido a veces se producen historias curiosas que llaman la atención sobre todo en las redes sociales. En este enlace tienes, por ejemplo, la historia que te contamos hace tiempo y que protagonizó una vecina de Gijón que llegó incluso a hacer un cuadrante para que todos sus vecinos cuidaran de su pez y para que todos supieran los días que le tocaba a cada uno de ellos darle de comer o incluso cambiarle el agua. El pez quería vivir en el portal y fue famoso en toda España. Al final ambas historias (la del pez y la del perro) tuvieron final feliz.