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Vámonos de viaje

El caos de Nápoles que esconde secretos

La capital de Campania se alza como uno de los principales reclamos del sur de Italia, aunque más allá del encanto de sus calles hay dos lugares imposibles de olvidar

El caos de Nápoles que esconde secretos

Cuenta la leyenda que el emperador romano Nerón se subió a un escenario más de una vez a realizar sus propias representaciones. El teatro fue en uno de los edificios considerados una de las glorias de Neápolis -actualmente Nápoles- donde el famoso regente, del que se dice que nombró emperador a su caballo y que acabó con el barrio romano de Suburra, ofreció sus dotes más artísticas al pueblo. Aunque poco queda del escenario, el graderío o el vomitorio por donde los espectadores acudían ávidos de entretenidas funciones. Poco o, en realidad, mucho, depende de cómo se mire.

Si uno camina por el casco antiguo de Nápoles puede que se percate de que no cumple con las reglas normales de este tipo de zonas urbanas. Su desorden conforma su atractivo, así como la altura de sus edificios. Y son esos edificios los que esconden los mayores secretos del arte greco-romano de la ciudad.

El corazón de la misma se puede visitar ahora a través de la Asociación Nápoles Subterráneo, que se encarga de dar valor a su parte más oculta. En unas visitas guiadas que se celebran cada día a cada hora y en diferentes idiomas, los especialistas e historiadores se encargan de mostrar al visitante el secreto mejor guardado de la capital de Campania: la existencia de un teatro romano oculto dentro de las mismas edificaciones.

Teatro romano de Nápoles dentro de la bodega de una vivienda./ M.C.

Uno de los pozos de agua que abastecían la ciudad./ M.C.

La visita 'Nápoles Subterráneo' se realiza con velas artificiales./ M.C.

En el interior de los túneles experimentan con el crecimiento de plantas./ M.C.

Bomba de la II Guerra Mundial en uno de los espacios entre túneles./ M.C.

Accesos entre estancias./ M.C.

Los túneles entre espacios son muy estrechos./ M.C.

Durante la II Guerra Mundial los túneles y pocos sirvieron de refugio./ M.C.

Aperos del hogar en los túneles./ M.C.

Misil de guerra./ M.C.

Acceso a un túnel en 'Nápoles Subterráneo'./ M.C.

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Las casas existentes en Via Anticaglia, Vico Cinquesanti y Via S. Paolo fueron edificadas, entre otras muchas de la zona, sobre los cimientos y paredes del teatro greco-romano. La asociación lleva años estudiando los fondos de la metrópolis y, aunque el casco de Nápoles es Patrimonio de la Humanidad, lo que significa que las viviendas no pueden ser expropiadas, se ha encargado de comprar algunas de ellas para no privar al mundo de lo que ocultan sus paredes. O, en este caso, las camas, ya que es en la primera vivienda (o 'basso', como se denomina a las típicas casas napolitanas) en la que se descubrió el teatro donde, con tan solo un empujón al catre, se descubre una escotilla para acceder donde Nerón tenía sus habitaciones privadas.

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Nápoles subterráneo

Se realizan visitas en distintos idiomas cada hora. No tiene descuento con la tarjeta Artecard. El precio de la entrada es de 8 euros.

Recomendación: Acudir a primera hora, ya que suele haber mucha gente. En cuanto a las visitas a lugares religiosos, en Nápoles toman muy en cuenta el código de vestimenta, no se debe entrar en falda corta o en tirantes.

Una visita completamente imprescindible que se descubre tras transitar por los diferentes depósitos de agua que se utilizaron en la época romana y que posteriormente, durante la II Guerra Mundial, también sirvieron de refugio para los ciudadanos, los primeros en acabar con el gran conflicto bélico de la historia, ya que fueron ellos mismos, sin ayuda militar, los que expulsaron a los nazis de la localidad un año antes de que la guerra acabara en el resto del mundo.

Para finalizar, otra vivienda ofrece la visión de la antigua 'summa cavea' (zona de las gradas destinada a los plebeyos). En una antigua carpintería, donde ahora hay una exposición de belenes típicos, se puede ver la entrada a esta zona del teatro. Además, en las labores de acondicionamiento del lugar se encontraron pequeños canales que estaban completamente obstruidos y que resultaron ser desagües de las alcantarillas de la época borbónica, realizados con dibujos de color azul.

Barroco y masonería

Aunque no solo el teatro greco-romano de Nápoles guarda historia y muchos secretos. Otras de los imprescindibles en la ciudad es la capilla barroca de Sansevero, y probablemente de los lugares a visitar más impresionantes y bonitos.

La capilla de Sansevero, tambén conocida como Templo de la Piedad, guarda en su interior el Cristo Velado, obra de Giuseppe Sanmartino. Es una de las esculturas de este tipo más importantes por las transparencias del velo de mármol que envuelven la figura de Cristo muerto.

Capilla Barroca de Sansevero.

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Capilla de Sansevero

Se puede visitar todos los días ( excepto el martes). El precio es de 7 euros (09.30-18.30 horas).

Recomencación: Acudir a primera hora, ya que suele haber mucha gente. En cuanto a las visitas a lugares religiosos, en Nápoles toman muy en cuenta el código de vestimenta, no se debe entrar en falda corta o en tirantes.

Muy cercana a la zona donde se puede disfrutar de 'Nápoles Subterránero', en el centro histórico, esta capilla, también conocida como Templo de la Piedad, es una joya del patrimonio cultural mundial. La pequeña construcción esconde en muy pocos metros cuadrados una de las esculturas más importantes de la ciudad, además de símbolos masónicos de todo tipo de los que aún no se ha podido dilucidar un significado concreto. Y es que podría ser el próximo lugar donde Dan Brown ambiente un nuevo 'best seller'.

La capilla en cuestión fue propiedad privada de John Francesco di Sangro, Duque de Torremaggiore en 1950. Más tarde, se convirtió en una capilla funeraria de la familia de Alessandro di Sango en 1613 (inscrito en el pedestal de mármol en la entrada) y después pasó a manos de Raimondo di Sangro, séptimo príncipe de Sansevero, el responsable de la construcción de símbolos masónicos.

El Cristo Velado de su interior, obra de Giuseppe Sanmartino, es una de las esculturas de este tipo más importantes por las transparencias del velo de mármol que envuelven la figura de Cristo muerto. El realismo de la obra puede que sea lo que más llega a asombrar al visitante, que no puede hacer uso de la cámara de fotos en ningún momento de la visita.

Cristo Velado de la capilla de Sansevero.

Además de haber sido concebido como lugar de culto, el mausoleo es sobre todo un templo masónico cargado de simbología, que refleja el genio y el carisma de Raimondo di Sangro, quien ideó y encargó las obras de arte que decoran la capilla. "La creatividad barroca y el orgullo dinástico, la belleza y el misterio se entrelazan creando un ambiente único, casi fuera del tiempo", explican en el museo.

Las leyendas en torno a la creación del templo son diversas, aunque la que más ha tomado fuerza en el tiempo ha sido la de un preso inocente, que al ser arrastrado con cadenas frente al jardín del palacio de Sangro en la Piazza San Domenico Maggiore vio como una pared caía para encontrarse de pleno con la Piedad que actualmente se puede encontrar en el interior de la iglesia. Así, el reo le prometió a la Virgen regalos si conseguía que se demostrara su inocencia, hecho que supuestamente sucedió convirtiendo a la imagen en destino de peregrinación.

Detalle de las esculturas de la capilla.

De la capilla del siglo XVII se mantienen las dimensiones perimetrales y la arquitectura esbelta del conjunto, así como la decoración policromada del ábside. Por su parte, la iconografía del lugar, entre otros objetivos, se encarga de resaltar el poder de la familia de Raimondo di Sangro, que, tras toda su vida dedicado a la capilla, recomendó a sus herederos que no cambiaran nada de la estructura y el aparato simbólico que concibió.

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Londres

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