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MASSIMO SPADANO | Violinista, dirige a la OSPA en dos conciertos en Gijón y Oviedo

"Si sabes cómo funcionan las cuerdas, tienes el 80% de la orquesta en el bolsillo"

"Siempre trato de dar el máximo, cuando salgo al escenario lo hago para disfrutar y para intentar que nuestro gozo pase al público; de eso se trata"

Massimo Spadano, ayer, en Oviedo. LUISMA MURIAS

El italiano Massimo Spadano dirigirá a la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), en sus dos próximos conciertos, incluidos en el programa de abono: mañana en el teatro Jovellanos de Gijón (20.00 horas), en un concierto patrocinado por LA_NUEVA_ESPAÑA, y el viernes en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo (20.00 horas). Junto a la OSPA, Spadano interpretará el programa “Absolut Beethoven”, con cuatro obras del compositor alemán. Casado con la soprano María José Moreno, Spadano habla un buen español, y hace gala en la entrevista de un gran sentido del humor.

-Háblenos del programa.

-Son obras de un Beethoven que ya tiene su lenguaje desarrollado, pero que es todavía bastante clásico. Es una prueba de fuego para una orquesta, porque es un repertorio muy delicado, que hay que saber tocar bien porque si no estás completamente en pelotas (risas). En serio, es un programa que requiere ser muy pulcros.

-¿Cómo está siendo su primer contacto con la OSPA?

-Muy bien. La había escuchado alguna vez, en alguna ópera en la que cantaba mi mujer, pero claro, desde el foso es otra cosa. Nunca la había escuchado en sinfónico y quedé gratamente sorprendido. Tienen un gran nivel y hay buen ambiente.

-Pues buscan director...

-Se mezclan las elecciones con la búsqueda de un director, de un concertino... (Risas). En serio, esos procesos son una cosa muy delicada. Estamos en una época en la que hay muchas orquestas buscando la piedra filosofal de los directores: un jovencito, tipo Dudamel, que te atraiga espónsores, contratos y giras. Pero Dudamel hay uno. En los últimos años han surgido muchísimos jóvenes; pero sin repertorio, ¿qué le enseñas a la orquesta?

-Es el prototipo del director de “Mozart in the Jungle”, inspirado además en Dudamel...

-No he visto la serie, pero me han hablado muy bien de ella. Es una dinámica peligrosa, porque si al final no encuentras al Dudamel de turno y tienes a un director joven que no tiene experiencia para dirigir, es un problema. Porque no se trata sólo de dirigir a la orquesta: un director titular tiene detrás mucho trabajo de oficina, hay que saber organizar, llevarse bien con los comités, trabajar la mentalidad para hacer al grupo más fuerte... Es un poco como ser un entrenador de fútbol. Al final, se trata de que la orquesta esté contenta, de que suene mejor y que la gente esté contenta.

-¿Cómo lleva el ser violinista y director?

-Con el violín llevo muchos años, va un poquito solo. Lo de director es más reciente: empecé en los años 90, pero a diferencia de muchos colegas, que dirigen y ya está, decidí dar un paso atrás y estudiar dirección de orquesta. Fue en Italia, con el maestro Renzetti. Y esa formación técnica se nota.

-Hará las dos cosas con la OSPA, ¿Es complicado?

-Sí, pero es una cuestión de costumbre, y de tablas, que ayudan. He sido concertino, solista y director, eso ayuda. Y cuando salgo al escenario lo hago para disfrutar, y para intentar que nuestro gozo pase al público. De eso se trata.

-Volviendo al fútbol, es como ser jugador-entrenador.

-¿Eso se ha visto?

-Claro. Sin ir más lejos Luis Aragonés, en el Atlético, en los setenta. Y ganó títulos.

-(Risas) En el caso de instrumentista-director hay muchos, y algunos son muy grandes. Como Baremboin, con el piano. Y nadie se lo quita.

-Da la sensación de que el piano está más conectado con la labor del director.

-Eso es porque pesa más para llevárselo (risas). No, es que hay más pianistas que han dado el paso. Pero si sabes cómo funciona la cuerda, tienes el 80% de la orquesta en el bolsillo. Porque el 80% es la cuerda. Cuando haces bien la cuerda, sabes lo que quieres decir y cómo conseguir las cosas, has resuelto mucho trabajo

-¿Cómo ve a las cuerdas de la OSPA?

-Muy buenas. Están buscando un concertino pero la ayuda concertino, Eva Meslikova, es muy buena. No se echa en falta al concertino, estoy muy satisfecho.

-El público asturiano de clásica es muy exigente. ¿Lo percibe?

-La exigencia es buena, sobre todo la sienten los organizadores (risas). La presión va a ellos. Sinceramente, yo siempre trato de dar el máximo esté donde esté, porque me gusta la música y por respeto al compositor. Y sé que, si lo hago bien, es todo a favor del público.

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