Dos asturianas, enfermas terminales con un gran sufrimiento, están listas para seguir el camino de María José Carrasco, la madrileña de 69 años, enferma de esclerosis múltiple, a la que su marido ha ayudado a morir. La asociación Derecho a Morir Dignamente de Asturias está al tanto de que ambas mujeres, una anciana y la otra joven, ya se han hecho con el producto que piensan utilizar para acabar con su vida, en el caso de que se vieran abocadas a ello.
Derecho a Morir Dignamente de Asturias ha convocado una concentración esta tarde, a las 19.00 horas, en Oviedo, frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), en la plaza de Porlier, secundando la convocatoria nacional de la organización.
La asociación considera que "en una sociedad democrática, basada en el respeto a la libertad individual y la pluralidad, resulta inaceptable que ayudar a una persona a disponer de su vida libremente esté castigado en el Código Penal. Defender el derecho a la vida no justifica obligar a una persona a vivir una vida deteriorada, con un sufrimiento inadmisible y que ya no desea".
El caso de María José Carrasco
El suicidio asistido de María José Carrasco, enferma terminal, con la ayuda de su marido, Ángel Hernández, y la detención posterior de éste en Madrid han reabierto el debate sobre la despenalización de la eutanasia, una cuestión que ha quedado paralizada en el Parlamento por el anticipo electoral.
Durante tres décadas con esclerosis múltiple, patología que le fue diagnosticada con 32 años, María José Carrasco había expresado a su marido "muchas veces" su deseo de morir y poner fin al sufrimiento causado por esta enfermedad degenerativa para la que en la actualidad no existe cura.
Ayer fue el día escogido por el matrimonio, que quiso grabar en vídeo el suicidio asistido de María José, quien, además, constata en la cinta su firme decisión de morir, para lo que fue imprescindible la ayuda de su marido, detenido horas después en su domicilio, aunque después fue puesto en libertad sin medidas cautelares.
