La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

EDU GALÁN | Humorista

"Mi cabeza es adolescente y conserva el soplapollismo, me la sopla todo mucho"

"Marta Flich es extraordinaria, me da una visión ampliada del mundo y, además, es un pibonazo; nos casaremos este año"

Edu Galán, en el parque de Invierno de Oviedo. IRMA COLLÍN

Edu Galán (Oviedo, 1980), humorista fundador de la revista "Mongolia" y actor de sus espectáculos, acaba de publicar con sus cómplices habituales "La biblia negra de Mongolia".

- ¿Qué es lo más flipante de las religiones?

-Que a partir de la verdad revelada a unos pocos, unos muchos crean un sistema de creencias y rituales absurdos para el control poblacional. Como tengo un capirote o una chilaba conecto directamente, supongo que por wifi, con un ser que dice que soy su emisario. Asusta que con un sistema de creencias aberrantes, como que un señor resucitó al tercer día, se pueda decidir que dos personas del mismo sexo no se puedan casar o que si te acuestas con una chica y eyaculas, en ese momento ya sois tres en la cama. En esencia, las religiones no pueden ser de paz porque todas defienden que su Dios es verdadero.

- ¿Creyó alguna vez?

-Hasta los 6 años. Hasta los 10 hice como si creía porque te vestían como un imbécil para la primera comunión, pero te daban regalos. Debería haber seguido por ahí para estafar a la gente, como otros. Muchas de las depravaciones dentro de la Iglesia son de desencantados. La madre Teresa admitió que tenía serias dudas de la existencia de Dios. A partir de la confirmación me hice ateo militante. Las religiones deberían ser erradicadas, cosa imposible.

- ¿En su casa había religión?

-Como en tantas casas de clase media estaba el "vete a misa" porque todo el mundo lo hace.

Creció con un hermano, sus padres y sus abuelos.

-Mi padre trabajaba en la administración de Alsa. Mi abuelo Nicasio fue de los primeros conductores de Alsa de Cangas del Narcea a Oviedo. Mi madre es tendera y vende perfumes, lo que heredó mi hermano, maquillador.

- ¿Qué tal estudiante fue?

-En el Instituto Alfonso II muy bueno. A partir de COU empecé a sospechar y en segundo de carrera vi que podía aprender más sin sacar buenas notas, ese tongo. Iba a conocer mejor a la gente de copas en los bares y empecé a trabajar por la noche, pinchando. Acerté. Dejé el arbitraje.

- ¿El arbitraje?

-Fui árbitro de fútbol de los 13 a los 23 años. Era el más rico de clase. Trabajaba cuatro partidos el fin de semana y compraba LA NUEVA ESPAÑA los lunes para ver los resultados y tenía para ir al cine. Mis grandes amigos de Oviedo fueron árbitros. Como te llueven hostias por todas partes creas vínculos muy fuertes. Ahora sé que el fútbol no me gustaba y el arbitraje no en exceso, pero sí esa gente para pasarlo bien.

- Aunque le llamen hijo de puta.

-Eso es pasarlo bien. Que me llame hijo de puta gente que no me gusta es lo que más me gusta. Mi humor tiene que ver con el desafío. Ante el teatro de Cartagena se manifestaron cuatrocientos ultracatólicos y estuvimos rodeados de lecheras. Los demás estaban preocupados, pero yo tomaba una cerveza. Durante el arbitraje salir entre policías es normal.

- ¿Por qué hizo Psicología?

-Filosofía me pareció tristísima y con poca gente. En Psicología el 99% eran mujeres; el 0,5%, gays estruendosos y el resto, Pablo Mónico y yo. Encajaba mejor que ir a Filosofía a hablar de Kant mientras llueve en el Milán.

- ¿Fue por las mujeres?

-Y la felicidad que irradian. No hay nada más alegre que una mujer riéndose. A los 18 años eran un elemento motivador para mi existencia, aunque no había forma de conseguir nada.

- No le creo. Dicen que les gusta de un hombre que las haga reír y usted es muy gracioso.

-Es mentira. Se dice por quedar bien. Cima, Gerardo y yo, el más feo de todos, no teníamos forma de ligar. Iban con guapos, no con escombros genéticos. Es darwinismo justificado.

- Acabó la carrera en 2004.

-Pasé año y medio trabajando en prácticas y vi que la clínica no era para mí. No me veía capacitado para orientar ni a una pareja que está rompiendo, el caso más leve que puedes encontrar. Gracias a Domingo Caballero, lingüista extraordinario y poeta, profesor de Marketing y Comunicación en la carrera, se me ocurrió hacer un máster en Madrid. Ante mi inseguridad me dijo "si falla todo siempre tendrás fabada en casa".

- ¿Qué quería hacer?

-Nunca lo he sabido y siempre lo he encontrado. Cuando empezamos "Mongolia" tenía 32 años y desde los 22 -en la crítica de cine en el periódico, mano a mano con Tino Pertierra- quería vivir de la escritura.

- Trabajó en recursos humanos. ¿No le daba no sé qué?

-En 2006, no. Había trabajo suficiente y los test dan cierta validez a tu elección. La crisis estalló después y hubo que hacer un ERE. Estaba en una "start-up" con gente joven que conseguía trabajo en seguida y el convenio era muy bueno. Conservo amigos a los que he despedido.

- Parece que tiene facilidad para hacer amigos.

-Me interesa el ser humano en todos sus aspectos. Mi cabeza es adolescente y conservo el soplapollismo, me la sopla todo mucho. Me encanta conocer gente, algo que exaspera a mi mujer.

- Marta Flich, actriz, economista, presentadora, humorista...

-Extraordinaria. Me da una visión del mundo ampliada, como realmente es. Es un pibonazo, pero eso sería lo último porque yo lo que aprecio son la risa y el interior. Este año nos casaremos. Lleva dos años aguantándome. Merecería una peana. Ahora que se acerca Semana Santa, ¡al cielo con ella!

- ¿Cómo encontró la revista "Mongolia"?

-En 2010 conocí a Darío Adanti, argentino, genial dibujante y guionista, en el Festival de Cine de Albacete. Hicimos la vuelta a Madrid en coche y al año me contó el proyecto de hacer una revista satírica con Pere Rusiñol y Fernando Rapa. Pedí el finiquito en la Escuela de Posgrado.

- Se la jugó.

-Como ateo soy muy consciente de que la vida solo dura una vez, hay que aprovechar y jugártela. Y hay fabada en casa, como me habían dicho Domingo Caballero y mi padre.

- ¿Su madre no lo dijo?

-Se niega a cocinar. Es una de las personas más excepcionales que conozco. Es hija de un lechero y un ama de casa de Tiñana, mi abuela Emma, que vendía manzanas en el Fontán en los años 90. Mi madre empieza a trabajar jovencísima, sale de ese ambiente y hace todo para que lleguemos a otros mundos. Mi padre estaba obsesionado con que leyésemos y mi madre con que viésemos cine.

- "Mongolia", en juicios.

-Ortega Cano nos denunció por un cartel y nos pide 40.000 euros y las costas. Nos condenaron en primera instancia y en la Audiencia Provincial de Madrid y hacemos crowdfundings con éxito. El Supremo son 8.000 euros. La justicia es para ricos. No es normal que te condenen por una sátira ridícula de un personaje público que, borracho, mató a una persona. Nuestra idea es llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

- Encontrará a Puigdemont.

-Me encantaría, ahora que es un libertador de la patria, y abrazarlo a ver si se me pega algo.

Compartir el artículo

stats