El arpa de dos órdenes es un instrumento singular: "Sobre todo español e hispanoamericano", explica Manuel Vilas, que este mediodía (13.00 horas) ofrece un recital bajo la cúpula del Niemeyer. "No conozco el espacio, pero me han dicho que tiene una resonancia muy buena", comenta el músico gallego.

El repertorio que va a interpretar procede de los siglos XVI y XVII. "Estaría bien que los compositores crearan más repertorio para este instrumento, aunque hay suficiente: casi trescientos años, pero no estarían mal nuevas piezas", reclamó el concertista que asegura que su instrumento es al arpa romántica "lo que la viola de gamba al chelo o lo que el clavecín al piano", explicó. "El arpa de salón, la que se conoce más, procede del siglo XIX", recalcó Vilas, un concertista que se formó en realidad como pianista. "Llegué al arpa de dos órdenes de casualidad. Lo escuché y quedé alucinado. Me propuse estudiarlo. Y en ello sigo".

El recital de Vilas en el Niemeyer está incluido dentro del ciclo Suena la Cúpula: intérpretes de primer orden de música clásica en un escenario singular, en este caso, compartiéndolo con la exposición conmemorativa del centenario de Joan Brossa.

Vilas se presenta solo en Avilés, una ciudad que asegura que sólo conoce de paso -"paré poco más allá de diez minutos y vi el Centro Niemeyer de lejos y quedé encantado-, pero también forma parte de "Ars Atlántica". Así que la música del gallego también suena con compañía. "La vez que más, con catorece personas", destacó. "Normalmente, acompaño a un cantante", concluyó.