Menéndez Pidal deja España en 1936 para regresar una vez finalizada la guerra. Fue depurado, se ordena el embargo de la totalidad de sus bienes, y hubo de abandonar todos los centros y los equipos que dirigía, incluida la dirección de la Real Academia Española, para encerrarse en su casa de Madrid donde continuó trabajando hasta muy poco antes de su muerte en 1968. De los sinsabores y angustias de aquellos primeros años de posguerra queda un testimonio esclarecedor en la exposición. Se trata de un documento del Servicio de Información Militar de la Junta de Defensa Nacional en el que se acusa a Ramón Menéndez Pidal de ser "una persona débil de carácter, totalmente dominado por su mujer. Al servicio del Gobierno de Valencia como propagandista en Cuba". Peor aún eran las referencias de María Goyri a quien se atribuye "una gran cultura, de una energía extraordinaria, que ha pervertido a su marido y a sus hijos; muy persuasiva y de las personas más peligrosas de España". Se la acusaba de ser "una de las raíces más robustas de la revolución". En términos similares se refiere el informe a sus hijos Jimena y Gonzalo y a su yerno Ramón. La nota finaliza con la recomendación de vigilar al grupo de gente que opera a su alrededor. "No cabe duda que este grupo será el más peligroso de la retaguardia".

Permanente candidato al Nobel, Pidal pensaba al igual que los grandes ensayistas de la Generación del 98, como subraya Diego Catalán, que en España "estaba todo por hacer y que era preciso renovar la conciencia de la colectividad para sacar a la nación del atraso plurisecular y estancamiento en que se hallaba?". No solo aquel empeño se vio frustrado en 1936 sino que quienes, como sus discípulos y colegas, defendían esos principios de modernidad, independencia y eficiencia investigadora fueron tomados por revolucionarios y tuvieron que partir al exilio.

Las imágenes son el hilo conductor de la exposición, en las que puede verse al protagonista de la muestra en muy diferentes situaciones. Desde su juventud en Pajares a los años de recolección de romances por toda España, otras en familia o junto a colaboradores. También en el exilio en París con Azorín y Gregorio Marañón.