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MIGUEL ZUGAZA | Director del Museo de Bellas Artes de Bilbao

"Espero que esto sirva para que el museo tenga más presupuesto"

"Es una pena que José Pedro Pérez-Llorca no haya podido celebrar el premio 'Princesa de Asturias', habría sido muy feliz"

Miguel Zugaza, en el hotel de la Reconquista. LUISMA MURIAS

Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, es una figura esencial en la modernización experimentada por el Museo del Prado en estos primeros años del siglo XXI. Tras una primera y exitosa etapa en el museo bilbaíno, Zugaza asumió en 2002 la dirección del Museo del Prado. Bajo su mandato, que se prolongó hasta finales de 2016, la institución cambió su régimen jurídico y estatuario, además de experimentar la ampliación más importante de su historia, con la inauguración del edificio de Jerónimos. Por su trayectoria al frente de la gran pinacoteca nacional, y también por su condición de jurado del premio "Princesa de Asturias" de las Artes, Zugaza era ayer un hombre especialmente feliz.

- Parece que hay una gran unanimidad sobre el acierto de haber concedido este premio al Museo del Prado, ¿no?

-En esta España a veces tan deshilachada, hay instituciones que son capaces de ponernos de acuerdo, y El Prado es una de ellas. Una razón para estar muy orgullosos de nuestro país y de cómo ha sido capaz de conservar ese patrimonio tan extraordinario que nos ha llegado después de largos siglos de coleccionismo. Que el premio "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades llegue además en el año en el que se celebra el bicentenario de la institución, desde que se decidió que El Prado fuese un museo, es además un momento muy oportuno.

- Quizás el único aspecto triste del galardón es que el que era presidente del Patronato, José Pedro Pérez-Llorca, no haya podido verlo, tras fallecer hace unas pocas semanas, ¿no?

-Sí, pero seguro que ha hecho mucho para que El Prado haya llegado a obtener este reconocimiento. Pero sí, es una pena que se haya ido pocos días antes de que se concediese este premio al museo y que no lo haya podido celebrar, porque hubiera sido muy feliz. Precisamente, dentro de unos días se le hará un acto de reconocimiento, un homenaje, en el museo.

- Tras los quince años que pasó al frente del Museo del Prado, ¿no siente el galardón un poco como suyo?

-Creo que los que hemos tenido la suerte de colaborar con esta institución o de trabajar en ella, posiblemente hoy tengamos una sensación mayor de emoción, al ver cómo el Museo del Prado recibe este reconocimiento. Pero como digo, creo que hay también un sentimiento común de todos los españoles a la hora de pensar en El Prado, que es un museo universal y, también, un museo de los artistas. Una de las cosas que más me impresionaban cuando tuve el privilegio de dirigir el Museo del Prado era ver el amor que le tenían los artistas de todo el mundo. Recuerdo pasear por sus salas con figuras como Lucian Freud o como Antoni Tàpies, grandes artistas que realmente adoraban el museo casi como si fuese su museo imprescindible. Es algo muy singular del Prado, ese contacto que tiene todavía con el arte más contemporáneo y con los artistas. Se ha dicho muchas veces que es un museo de artistas más que de Historia del Arte, y creo que es cierto.

- ¿Puede ser esto un acicate para lograr que las administraciones apuesten por los museos, y por la cultura en general, de una forma más decidida?

-Incluso espero que sirva de acicate para conseguir más presupuesto para El Prado, no solo para la cultura, porque el museo tiene un proyecto de ampliación muy importante. Para culminar con la reforma del Salón de Reinos, se requiere más que nunca del esfuerzo colectivo, para completar ese ambicioso plan y que El Prado pueda mostrar, con toda su potencia, la calidad y la singularidad de su patrimonio cultural.

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