El Estado holandés "está cada vez más cerca de reconocer" el daño causado con el trabajo forzado de 15.000 niñas en lavanderías y talleres de costura de las Hermanas del Buen Pastor durante décadas, según la abogada de las víctimas, Liesbeth Zegveld. "Al principio decían que no iban a hablar del tema porque ya han tratado los abusos sexuales en la Iglesia católica y que lo de estas chicas es totalmente distinto y solo fue trabajo forzado, que era normal. El Estado está abierto a investigar", añade.