La voz de Salman Khan transmite cierta calidez, quizá por esa manera particular de expresar las ideas, como decantándolas, que refleja toda una vida dedicada a transmitir el conocimiento. Aunque sus palabras llegan desde la costa oeste de Estados Unidos, resuenan con una inesperada cercanía, como si en vez de un encuentro telefónico con medios extranjeros, Sal Khan estuviese conduciendo una clase en la Khan Academy, la organización sin ánimo de lucro que fundó en 2006 y que facilita a estudiantes de todo el mundo a acceder a contenidos y lecciones de calidad de manera gratuita a través de internet. El educador norteamericano, flamante premio "Princesa de Asturias" de Cooperación Internacional, mantuvo en la tarde de ayer un encuentro telefónico con diversos medios, en el que, a preguntas de LA NUEVA ESPAÑA, reflexionó sobre el papel de las nuevas tecnologías en la educación presente y futura, y sobre el rol que juegan las humanidades en un mundo cada vez más volcado a las ciencias y a la especialización.

"Algunos dicen que lo mejor es potenciar las habilidades tecnológicas, y todo el mundo supone que necesita enfocarse en ellas. Es cierto, hasta cierto punto", reflexionó Khan, "pero lo que nos va a hacer únicos y nos va a diferenciar son las habilidades humanísticas: la comunicación, la empatía, saber relacionarse, ser creativos. Es bastante irónico que la revolución tecnológica vaya orientada a fortalecer las humanidades".

En el marco de esa revolución tecnológica, Khan se detuvo en las posibilidades de la inteligencia artificial: "Es un acontecimiento importante y el mayor que va a afectar a nuestras vidas, al género humano. No creo que haya que pensar en la inteligencia artificial y en la tecnología en oposición al ser humano, sino junto al ser humano, haciendo a los humanos mejores".

Sobre la naturaleza de esta revolución tecnológica, Khan aprecia mucho optimismo y cierta tendencia a relacionar este proceso con el de la revolución industrial, pero considera que no son equiparables: "Hay que pensar cuál es el rol de los seres humanos en este momento de la revolución tecnológica. La gente es optimista y apunta a la revolución industrial como ejemplo de un incremento tecnológico en la vida cotidiana, con resultados exitosos pese a que fue muy rápido". Khan recordó que en ese momento, "también había una inversión importantísima en educación pública y gratuita para todo el mundo, no sólo para los privilegiados, que ayudaba a preparar a la gente para usar la tecnología que salió de esa revolución industrial. Pero el actual es un cambio diferente al que supuso la revolución industrial, y es una oportunidad de potenciar el aprendizaje y ayudar a estudiantes y a profesores, y llegar a cada individuo". En sus reflexiones a preguntas de LA NUEVA ESPAÑA, el educador aseguró que la tecnología da la oportunidad de que "los seres humanos entiendan mejor a otros seres humanos".

Salman Khan también habló sobre el nacimiento y desarrollo de la Khan Academy, y profundizó en la filosofía sobre la que pivotan todas las actividades de su iniciativa, que en el año 2008 decidió desarrollar como una entidad sin ánimo de lucro, lo que unido a su método innovador ha propiciado que en la última década haya experimentado un crecimiento sin precedentes en el ámbito de la formación. "El sistema de educación tradicional no es realista. El objetivo no tiene que ser alcanzar un determinado nivel: lo importante es que el estudiante se desarrolle por sí mismo. Nuestro sueño es educar en las necesidades particulares de cada estudiante, y ayudar a los profesores en su búsqueda de las mejores capacidades para cada alumno", sostiene.

"No somos elitistas"

Esta visión es la que ha permitido a la Khan Academy llegar a la cifra de 60 millones de alumnos repartidos por todo el globo. "No somos una entidad elitista: ofrecemos cursos en todo el mundo, queremos que cualquier niño tenga acceso a la educación. Y estamos viendo que la gente prefiere métodos nuevos, que incluyan la tecnología", asegura Salman Khan.

Respecto a la concesión del premio "Princesa de Asturias", el educador norteamericano confesó que fue "una auténtica sorpresa" y que tanto él como su esposa están "muy emocionados" de volver a España. Son realmente buenas noticias, subrayó. Khan se reconoció "ansioso" por participar en los premios.