La NHL, la liga de hockey de Estados Unidos y Canadá, sufrió una convulsión en el verano de 2016: los Montreal Canadiens, el equipo más laureado de la historia de la competición, traspasaban a su segundo capitán y uno de sus referentes dentro y fuera del hielo, P. K. Subban, a los Nashville Predators a cambio de Shea Weber, capitán y emblema del equipo de Tennessee. Tres años después, todos los analistas coinciden en que aquel intercambio estelar benefició sobremanera a los Predators y a Subban, que además de los éxitos deportivos encontró en Nashville la estabilidad emocional. Porque hace un año, el patinador y la esquiadora Lindsey Vonn, flamante premio "Princesa de Asturias" de los Deportes, desvelaron que mantienen una relación sentimental.

Aunque desconocido en España, Subban es una auténtica estrella dentro del deporte profesional norteamericano. Nacido en Toronto (Canadá) hace treinta años, sus padres eran dos emigrantes del Caribe (él de Jamaica, ella de la isla de Montserrat). Subban despuntó desde joven en el hockey sobre hielo, deporte nacional en el país norteamericano. Enrolado en los Belleville Bulls de Ontario, Subban fue dos veces campeón del mundo juvenil con la selección de Canadá, y en 2007 fue elegido en segunda ronda del draft (en el puesto 43) por los Montreal Canadiens.

La elección resultó una ganga para "les habitants", como se conoce al equipo canadiense. El defensa firmó su primer contrato en 2009 y fue asignado al equipo afiliado de los Canadiens, los Hamilton Bulldogs de la AHL. La temporada siguiente, ya en la NHL, Subban despuntó rápidamente como un defensa rápido y agresivo, pero sobre todo como un recurso ofensivo de primer orden para su equipo. Gran patinador y con una formidable vocación ofensiva, Subban conquistó a los aficionados de los "habs" por su capacidad para romper líneas, su potente disparo y su visión de juego. En su primera temporada completa con los Canadiens firmó 14 goles y 24 asistencias, cifras muy buenas para un defensa, y pronto se afianzó como compañero de línea de Andrei Markov, con el que formó durante varias temporadas una de las líneas defensivas más sólidas de la liga.

En 2013, Subban logró el trofeo James Norris, que se otorga al mejor defensa de la liga durante la temporada, y en 2014 ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sochi como miembro destacado en la defensa de la selección de Canadá. Y fuera del hielo, Subban también se ganó a los habitantes de Montreal con su desparpajo, su cercanía a los fans y sus continuas iniciativas benéficas. Pero en la NHL, las buenas sensaciones de los Canadiens no les permitían triunfar en la postemporada.

Los de Montreal buscaban reforzar sus opciones a la Stanely Cup y en el verano de 2016 accedieron al intercambio con los Predators para lograr a Weber. En principio, parecía un "win-win": dos defensas estelares, carismáticos, que parecían encajar en el estilo que querían imponer sus respectivos equipos (más firme en defensa los Canadiens, más dinámico y agresivo los Predators).

Tres años después, los Canadiens sufren para clasificarse para los play-off mientras "Preds" son unos firmes candidatos al título año tras año que han llegado a una final de la Stanley Cup (la perdieron en 2017 contra Pittsburg Penguins) y acumulan un trofeo de los Presidentes (el que se otorga al equipo con mejor balance de victorias en la temporada regular) y dos títulos de división. Y P. K. Subban es una de sus grandes estrellas, como también de la liga: tanto es así que el popular videojuego de la saga NHL le eligió para la portada en la temporada que ahora concluye.

Fuera del hielo, Subban mantiene ese desparpajo que le hizo popular en Montreal. Usuario habitual de las redes sociales, no duda en colgar divertidos vídeos y fotos tanto suyas como de Lindsey Vonn en Instagram. Además, mantiene sus actividades benéficas, dirigidas especialmente a los niños, tanto en Canadá como en Tennessee. Un auténtico príncipe azul para la "Princesa" de los Deportes.