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El patronato del Bellas Artes reclama más fondos para que el museo "siga creciendo"

La demora en cubrir las plazas vacantes convence a una parte del órgano de que la pinacoteca debe tener una mayor independencia de la administración

La ampliación del Museo de Bellas Artes. IRMA COLLÍN

Los miembros de la Junta de Gobierno del Museo de Bellas Artes de Asturias coinciden en que la pinacoteca necesita disponer de más ingresos y de la esperada segunda fase de la Ampliación para que la institución mantenga el crecimiento experimentado en estos últimos años. Unos retos que, a juicio de buena parte de los miembros del órgano, deben afrontarse en paralelo a una revisión del estatus jurídico de la institución, para dotarla de una mayor agilidad a la hora de disponer de sus fondos y su personal, y también de una mayor independencia de la administración.

Ampliación

El principal reto para los próximos cuatro años, insisten los patronos, es completar la Ampliación del Bellas Artes. Ejecutar la segunda fase del proyecto de Patxi Mangado supondría una inversión estimada en unos cinco millones de euros, aunque la Junta Directiva ha explorado una vía más económica estos últimos años. "Se hizo una consulta al Colegio de Arquitectos para tratar de cubrir las carencias del museo en materia de conexiones entre los edificios, de accesos a los almacenes y de un salón de actos sin ejecutar un nuevo edificio, como se pretendía en el proyecto de Mangado", explica Luis Feás, miembro de la Junta Directiva.

La alternativa era intervenir sobre un edificio propio del museo que el proyecto preveía demoler para hacer hueco a un inmueble de nueva construcción. "Tras la consulta nos dijeron que era viable, y estamos seguros de que sería una intervención menos costosa. Pero no se ha podido encargar un proyecto porque no había fondos", precisa Feás.

"En estos años hemos vivido una época de oro para el museo, con el crecimiento en número de visitantes y con hitos como la donación de Plácido Arango. Pero el Bellas Artes necesita completar la Ampliación, y el momento es ahora", sostiene María Ablanedo, vocal en la Junta Directiva.

Ingresos

Quince años atrás, el Museo de Bellas Artes tenía un presupuesto de 4,1 millones de euros. Pero en los últimos años, la aportación de las administraciones públicas no llega a los dos millones al año. La mitad de ingresos, con el doble de espacio que gestionar tras la inauguración de la Ampliación en 2015. Una situación que obliga a una plantilla mermada por las dificultades para cubrir las vacantes de conservadores a un sobreesfuerzo. Pese a esta situación, el museo que dirige Alfonso Palacio lleva tres años consecutivos superando sus récords de usuarios, y en 2018 cerró por primera vez un año con más de 100.000 visitantes.

Los canales para obtener estos ingresos adicionales son objeto de debate continuo. La creación de una sociedad de Amigos del Museo genera unanimidad, y de hecho se prevé que para junio se pueda presentar. Por el contrario, la posibilidad de cobrar una entrada ha sido propuesta en diversas ocasiones, aunque no tiene un gran predicamento en el seno de la Junta Directiva. "Es una petición habitual de los representantes del PP, pero el museo necesita ingresos adicionales de dos millones al año, eso no te lo da las entradas", afirma Feás, que defiende que un patrimonio público como el del museo tiene que ser accesible a todos. "La visita a la colección permanente tiene que ser gratuita. Otra cosa es que se cobre una entrada para visitar una determinada exposición temporal o para otras actividades. Sería una manera de recompensar el sobreesfuerzo que suponen y podría ayudar a sufragar parte de los gastos", afirma.

Este modelo mixto no genera tampoco unanimidad en la Junta Directiva. "Los planteamientos del neoliberalismo salvaje no se pueden aplicar a la cultura", sostiene Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", que rechaza cualquier tipo de cobro de entradas.

Fundación

El otro gran debate que tendrá que abordar la próxima Junta Directiva es el relativo al marco jurídico y al funcionamiento del museo. Hay dos factores que, en los últimos años, han hecho que muchos patronos hablen de la conveniencia de dotar al museo de un nuevo marco jurídico que le permita una mayor disponibilidad de sus recursos y que, al tiempo, permita incorporar a expertos, empresarios y miembros de la sociedad civil a la Junta Directiva, consolidándola como un auténtico patronato. El primero fue el debate en torno a la propia configuración del órgano, controlado por completo por los partidos políticos. El segundo, el prolongado proceso para convocar las plazas vacantes de conservadores y técnicos en el museo.

"El Bellas Artes necesita más autonomía para tomar decisiones como pueden ser las contrataciones. Eso hay que lograrlo a través de los estatutos y de un nuevo marco jurídico, y fijarse en el modelo de otros museos. Quizás deberíamos ir a un modelo de Fundación pública", reflexiona Feás.

La propuesta, de nuevo, genera opiniones encontradas en la Junta Directiva. "El modelo es perfecto, lo que hay que hacer es inyectar más dinero", sostiene "Rivi".

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