Pablo Remón (Madrid, 1977) es una de los creadores más potentes de la escena española. También del cine, como lo demuestra su participación en el excelente guión de "No sé decir adiós". Ayer debutó como jurado de los premios. Inevitable preguntarle sobre "Juego de truenos": "He visto solo un capítulo, pero no por nada. Me desconcierta eso de todos a una, no recordaba algo igual desde 'Twin Peaks', y es muy loco, me recuerda lo que pasaba en 'Matrix', todos viendo lo mismo en el mismo momento. No me gusta la cosa grupal, como si fuera un evento deportivo. Prefiero que la ficción sea algo más personal, y eso no significa que no te enganches a lo que sea, pero en estas dimensiones me da un poco de grima".

Que un millón de espectadores enfadados firmen para que se cambie el final "habla del poder de la ficción para identificarte con cosas que parecen más reales que la propia vida, y gente que está al otro lado de repente lo vive como algo de posesión, ¡cómo han podido hacerle esto a un personaje! ¿Qué es lo siguiente? ¿Cambiar el final de novelas? El creador es soberano. Recaudar firmas para cambiar su trabajo me parece muy loco. No sé qué tiene esa gente en la cabeza".