Felipe VI compartió protagonismo, en la inauguración de la nueva sede madrileña de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, con dos niñas: una imaginada y otra ausente. La primera es la que recrea Jaume Plensa en su escultura "Silencio", la obra que asombró al Rey y y al resto de invitados a la inauguración. La segunda es la primogénita del monarca, la princesa Leonor, cuya próxima visita a Oviedo (acudirá a la ciudad el próximo día 18 para asistir a la ceremonia de entrega de los premios "Princesa de Asturias") centró buena parte de las conversaciones previas al acto. En concreto, las conversaciones se centraban en si la princesa elegirá Oviedo para dar su primer discurso en público. Entre los asistentes al acto estaba la Consejera de Cultura del Principado, Berta Piñán, que acudió a Madrid al día siguiente de su sonada intervención en la Comisión de Cultura, Política Lingüística y Turismo, que derivó en una bronca política después de que los letrados de la cámara le prohibiesen hacer su exposición en lengua asturiana, por las protestas de PP y Vox. Piñán se reconocía cansada por su intervención en la comisión. Pero no por la controversia en torno al asturiano, una cuestión que como ella misma reconoció en la sesión le provoca "pasión", sino por la excesiva duración de la comparecencia, que superó las ocho horas, recesos aparte. La consejera, además, no ocultó su malestar ante la actitud de algunos diputados que se ausentaron en diversos momentos de la sesión, para después preguntar por cuestiones que ya habían sido debatidas en su ausencia. Cerca de Piñán y Sanjurjo estaba el presidente del Principado, Adrián Barbón, quien mantenía una animada conversación con el alcalde de Madrid, el popular Martínez-Almeida.