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El día que el Príncipe tomó la palabra

Felipe VI escribió hasta tres veces su primer discurso para aprendérselo bien antes de leerlo en el teatro Campoamor

Tras la confirmación de que la princesa Leonor dará su primer discurso oficial en la ceremonia de entrega de los Premios "Princesa de Asturias", la Fundación difundió ayer un vídeo en el que se reúne un plano de cada discurso que Felipe VI ha dado en ese mismo escenario a lo largo de su vida. Desde aquel lejano octubre de 1981 en el que el entonces Príncipe de Asturias tomó la palabra para ofrecer su primer discurso oficial, don Felipe solo ha faltado a su cita anual en Asturias en 1984, cuando cursaba un año de estudios en Canadá.

En todas esas intervenciones, que la Fundación Princesa de Asturias tiene colgados en su web, se puede rastrear la progresiva madurez de don Felipe, y también sus inquietudes culturales y su naturaleza, prudente pero firme, al hablar de las sucesivas crisis que ha afrontado el país.

En sus tiempos de Príncipe de Asturias, se decía que el Rey Juan Carlos elegía las Cortes Generales para sus grandes discursos, y que su heredero hacía lo propio en la ceremonia de entrega de los Premios. Pero en sus inicios, don Felipe también precisó de la tutela de sus padres y de colaboradores próximos como Sabino Fernández Campos. De hecho, se cree que el primer discurso del entonces Príncipe, aquel que leyó en Oviedo el 3 de octubre de 1981, fue redactado por el que era en la época jefe de la Casa Real y hombre de confianza de Juan Carlos I, probablemente con algún retoque final del Rey o la Reina, doña Sofía.

De la intrahistoria de aquel discurso ha trascendido una anécdota: a don Felipe se le pidió, días antes de su puesta de largo en Oviedo, que escribiera el texto del discurso, para aprendérselo bien. El Príncipe de Asturias se aplicó en la tarea y, con su letra de adolescente, copió el texto hasta en tres ocasiones. En alguna copia incluso llegó a firmar: "Felipe, Príncipe de Asturias".

La región ocupó un lugar central en aquel primer discurso. En los años siguientes, don Felipe fue cobrando más relevancia en la ceremonia, y sus discursos se vuelven más elaborados. En 1986, tras prestar juramento como heredero en las Cortes, don Felipe asumió el protagonismo total en la ceremonia, y el Campoamor comenzó a ser el escenario en el que revelaba al mundo su pensamiento. Desde Oviedo, don Felipe condenó el "cobarde y desalmado terrorismo asesino" de ETA, reclamó el final de la guerra de los Balcanes, reivindicó la Transición y, siendo ya Rey, defendió la unidad de España ante el desafío secesionista en Cataluña.

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