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RODRIGO OLAY | Poeta

"Me interesa la mecánica del verso porque soy torpe para muchas cosas"

"Uno busca dentro de sí y de lo que conoce y trabaja con esas emociones, pero la poesía es ficción y no directamente biográfica"

Rodrigo Olay Miki López

Rodrigo Olay (Noreña, 1989), licenciado en Filología Hispánica y máster en Formación del Profesorado. Poeta. Premio "Asturias Joven" de Poesía 2010, Premio de la Crítica de Asturias, premio "Jaén". Dos libros: "Cerrar los ojos para verte" y "La víspera".

- ¿Qué tal está?

-Bien, soy de buen compás.

- ¿Nervios de doctorando?

-El arreón final ya pasó. Tiene que pasar una comisión y el acto de defensa, que será, por una parte, muy emocionante y, por otra, importante, porque confronta mi trabajo con especialistas de peso.

- ¿Qué tiene la mirada del poeta para ser joven y hacer una obra madura?

-No sé muy bien a qué obedece y no estoy seguro de que mi obra cumpla las palabras de su pregunta. Trato de hacer mi trabajo lo mejor posible y prefiero que los otros pongan los adjetivos.

- Han pasado algunos años desde su primer libro. Quizá ya pueda juzgar si es maduro.

-En un primer libro siempre hay algo de "mira lo que sé hacer". Ahora lo sacudiría con fuerza. Los dos libros que he publicado hasta ahora reflejan un momento vital que es el final de la juventud, aunque la juventud ahora dura mucho.

- ¿Su adolescencia fue "adolecer del mal de vida"?

-No me puedo quejar de mi adolescencia. Los 15 años son difíciles para todo el mundo. El juego de palabras me atrajo. Los poetas siempre exageran un poco. La poesía es ficción, uno busca dentro de sí y de lo que conoce y trabaja con esas emociones, pero ni muchísimo menos ha de ser interpretado de forma biográfica.

- También tiene poesías luminosas.

-Son las que prefiero.

- ¿Se puede ser poeta en un estado normal?

-Normal es una palabra muy normal. Los poemas ocurren en situaciones un poco especiales.

- ¿Qué los desencadena?

-Algún tipo de emoción, vivencia o reflexión. Lo engañoso es que uno puede creer que los poemas que se han escrito en una situación que uno entiende que es de necesidad tienen que ser buenos, pero luego hay que corregirlo fríamente y, a veces, uno descubre que no. Generalmente lo que desencadena el poema suelen ser los versos que no buscas tú.

- Escribe desde muy joven.

-Me gustaba hacer cuentos y llegar a ser novelista, pero duró poco. Recuerdo el deslumbramiento a los 15 años con "La ciudad y los perros", de Vargas Llosa, o "El extranjero", de Camus. Conté con la atención de muy buenos profesores en el colegio y en el Instituto de Noreña, que me recomendaban lecturas y leían con generosidad lo que hacía.

- ¿Fue niño lector gozador?

-En los veranos leía toneladas de "Pesadillas", de R. L. Stine.

- ¿Y los primeros versos?

-Una antología de Pedro Salinas y una clase de 1.º de la ESO en la que Francisco Gago explicó una rima de Bécquer y nos hizo ver que había un número de sílabas y unos acentos concretos y que las palabras tenían que acabar de una determinada manera. Lo maravilloso era que todo eso no se notaba.

- ¿Así empezó a interesarle la mecánica del verso?

-Sí, a lo mejor porque soy un poco torpe para muchas cosas.

- ¿Por ejemplo?

-Con las manos. Mi padre y mis dos hermanos, Ángel y Martín, son dentistas. Mi padre, Enrique, arregla cualquier cosa. No sé si es mi manera de tratar de replicar esa habilidad en otro terreno.

- En un poema se presenta como diferente. ¿Merece la pena serlo?

-No creo que haya nada bueno ni malo en ser diferente.

- Se reconoce diferente.

-Sí, pero no especial. Me gusta hacer cosas que no son las más normales, pero tampoco son raras. Mi madre, Paula, dice que siempre he hecho lo que me ha gustado y que juego con la ventaja de que son cosas bien vistas. Nunca me ha interesado salir de noche y con ello hago tanto lo que me da la gana como el que llega a las cinco de la mañana.

- ¿Por qué Filología?

-En 3.º de la ESO me gustaban las notas al pie de "El Lazarillo".

- ¿Adónde quiere llegar?

-Hasta donde llegue. Me gusta estudiar los textos y explicarlos. He dado clases y he recibido buena respuesta.

- Es poco mayor que sus alumnos. ¿Les nota peor formación?

-Soy de la LOGSE. Hay una tentación a ser apocalíptico y yo, a veces, también me entrego a ella. Pero como un amigo me dio el argumento irrefutable: "No hay generación que no haya pensado que la siguiente iba a acabar con todo y aquí seguimos".

- ¿Tiene tertulia de poetas?

-Me gusta hablar de poesía con mis amigos. Comemos los viernes Carlos Iglesias, Pablo Núñez, José Luis Sevillano, cuando está, y el historiador Guillermo Fernández Ortiz. Les enseño lo que hago y me gusta escuchar lo que me dicen. También escucho a Leopoldo Sánchez Torre y a Xaime Martínez.

- ¿Lo tiene en cuenta?

-Incluso cuando no es exactamente lo que me gustaría oír, porque siempre es fácil leer lo que les sobra a los demás y muy difícil ver lo que le sobra a uno.

- Los poetas tienen fama de ser muy puñeteros entre sí.

-Algo hay, pero somos muy amigos.

- ¿Vive con sus padres?

-Sí.

- ¿Tiene alguna relación?

-Tengo novia. La conocí estudiando la carrera y llevamos diez años. En cuanto defienda la tesis, nuestra intención es vivir juntos.

- ¿Dejó de escribir poesía durante la escritura de la tesis?

-Sí, pero son trabajos complementarios, la filología la escribe el doctor Jekyll y la poesía mister Hyde. He estado trabajando con los textos poéticos de Feijoo para hacer una edición crítica.

- ¿Qué es eso?

-De un texto del que se conservan diferentes testimonios, que el poeta no llegó a publicar, tengo que determinar qué opción es la apropiada. En la filología debes decidir fríamente, aunque la elección no sea la que más te gusta, pero el trabajo de sopesar y valorar es provechoso para el poeta.

- ¿Escribe ahora, sin tesis?

-Cuando acabo un libro suelo estar un tiempo sin escribir y me dura todavía. Hay una cierta sensación de vaciado, de haber dicho las cosas que corresponden a un determinado momento.

- ¿Es muy vergonzoso?

-Para algunas cosas sí.

- ¿Teme equivocarse?

-Doy muchas vueltas a las cosas.

- ¿Duerme bien?

-Sí. No sé cómo hago para desconectar, pero lo hago.

- ¿Ese pudor es estable o ha ido aprendiendo a despojarse más sin sentir tanto pudor?

-La naturalidad es un buen camino.

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